El camino para llegar hasta mí

El camino para llegar hasta mí no es el primer libro, ni la primera serie, que se publica aquí de Jenny Colgan, aunque sí que es el primero que tiene tal campaña de marketing detrás.
Y la verdad es que me alegro, ya que hace ya unos cuantos años que disfruto mucho de sus historias, frescas y ligeras, que resultan ser perfectas para tener una lectura fácil y que te haga desconectar de todo (algo que necesitamos especialmente ahora)

En esta nueva serie, la protagonista, Flora, es una chica de veintitantos años que trabaja como pasante en un importante despacho de abogados en la bulliciosa Londres, con un sueldo que le permite a duras penas sobrevivir en esa ciudad.
Hace años dejó el lugar donde nació y creció, una pequeña isla en Escocia, intentando escapar de unos errores que siguen, a día de hoy, atormentándola, y, desde entonces, no ha vuelto ni de visita.
Pero cuando uno de los mejores clientes del despacho la necesita allí para ayudarle en un caso, Flora tendrá que volver a enfrentarse a su familia y a su pasado y, además, ser la anfitriona de su jefe del que lleva años secretamente enamorada.

Todos los libros de Jenny Colgan se rigen por el mismo patrón: tienen una bonita historia de amor, se desarrollan en un idílico lugar o en una encantadora cafetería, sus protagonistas deben sobreponerse a problemas personales y la cocina tiene un papel muy importante.
Porque en sus páginas vamos a encontrar un montón de dulces, pasteles, panes, chocolates, gastronomía típica... se nota que la autora disfruta de la cocina y le gusta plasmarlo en sus libros mediante una trama y unos personajes que se van desarrollando entre fogones de bonitos restaurantes, pastelerías o cafés.
Y en este libro lo vamos a tener a gracias a que Flora, la protagonista, al volver a su isla de orígen, redescubrirá la pasión a cocinar gracias al libro de recetas de su madre. Una pasión que la llevará, por diversos motivos, a abrir una pequeña tienda donde venderá los platos típicos de la isla.
Así que prepararos para que se os haga la boca agua cada pocas páginas.

Además, esta autora sabe cómo ambientar las novelas y es tremendamente fácil imaginarte todos los lugares que va describiendo. A pesar de que la isla en la que se desarrolla la historia es ficticia, puedes ver reflejada el espíritu de otras islas escocesas en ella y es imposible no enamorarte de esos paisajes escapardos, de sus callecitas, de las pequeñas tiendas y de sus cordiales gentes.
Porque el sentimiento de comunidad es muy importante en la trama y veremos la unión que hay entre todos los habitantes de estos pequeños pueblos y lo mucho que se ayudan y apoyan.
También se pone de manifiesto lo duro que es para estas aldeas el seguir adelante cuando se enfrentan a la despoblación, los negocios cierran y la gente deja de comprar a los productores locales.
Un mensaje también muy habitual en sus libros, ya que suele proclamar lo importante que es seguir apoyando a los pequeños comercios.

El amor es también algo que está muy presente en estos libros, aunque en esta ocasión queda relegado a un segundo plano, ya que el viaje de autodescubrimiento de la protagonista será el tema principal de este libro.
Flora tendrá que enfrentarse a un pasado que dejó atrás hace unos años, pero que todavía no ha superado, a su familia que sigue viviendo allí e intentando sacar adelante la granja familiar y a todos sus vecinos que siguen murmurando y cotilleando (como en cualquier buen pueblo que se precie)
Y mientras va haciendo las paces consigo misma y con los demás, irá descubriendo que esa vida en Londres no es tan glamurosa como ella se empeña en creer, que quizá su futuro no sea el que ella se había marcado y que lo que siente por su jefe puede ser algo más que platónico.

Joel, el jefe, es el típico hombre exitoso de negocios que sólo quiere escalar en su trabajo y que no tiene tiempo para comprometerse con nadie, así que encadena una aventura detrás de otra.
Pero detrás de esa fachada esconde mucho más y será durante esos días con Flora en Mure que irá abriéndose poco a poco.
Tengo que decir que me encantan este tipo de relaciones, con un poco de drama entre ellos, pero aquí se me ha quedado algo corta.
Me ha faltado más interacción entre ellos y ver más lentamente cómo los sentimientos de Joel van cambiando, ya que esa parte me ha parecido algo rápida para mi gusto.
Es cierto que es el primero de una serie de tres, por lo que su historia seguirá desarrollándose más (y espero que lo veamos pronto), pero a ese principio le ha faltado unas cuantas páginas para que terminara de emocionarme del todo.

El camino para llegar hasta mí es una nueva novela de Jenny Colgan que cuenta con todos sus característicos componentes: una protagonista buscando su lugar, una bonita historia de amor, unos paisajes que enamoran y un montón de recetas tradicionales.
Sus libros son adictivos y si os gusta este género no debéis dejarla pasar.
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