Chéri juega despreocupadamente con un collar de perlas en el tocador de su amante, Léa, quien lo observa desde la cama. Llevan juntos seis años, un periodo de tiempo considerable y más cuando les separan casi veinticinco años. Léa es una rica cortesana que le ha enseñado todo al joven Fred Peloux, #Chéri –apelativo cariñoso con el que siempre le ha llamado- y para él, consentido, narcisista y mimado, ella es el referente de mujer. La vanidad y volatilidad de Chéri lo convierten en un contraste casi perfecto para Léa, segura de su belleza y salud, quien ha alcanzado un equilibrio digno de una mujer que ha tomado el control de su vida y la ha moldeado exactamente como ella quiere. Léa tiene el poder de la experiencia, Chéri tiene el poder de la juventud. Pero ha llegado el momento inevitable que ambos sabían: Chéri va a casarse con una joven de buena familia, Edmée, y ni él ni Léa estaban preparados para lo que ello supondría: «“Bueno-se dijo-, ya sé qué me pasa”. Tomó un termómetro que había en la mesa de noche y se lo puso bajo la axila. “Treinta y siete. O sea que no es físico. Es tristeza”.» Horrorizada consigo misma, Léa se da cuenta de sus sentimientos hacia su "niño malvado", y Chéri es también consciente de lo poco que puede ofrecerle a su nueva esposa. En poco más de 130 páginas la dinámica de esta relación se disecciona, se dramatiza con detalles íntimos y las tensiones que hierven “a fuego lento” bajo pequeños gestos y sutilezas emergen en uno de los finales más emotivos que he leído. El ritmo lánguido de la narración concuerda perfectamente con el día a día ocioso de los personajes (ambientados en los años finales de la Belle Époque, en medio del lujo adquirido y a veces fingido). Con esta novela me he iniciado en la prosa sobria, precisa y elegante de #Colette a la que volveré más pronto que tarde. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |