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Crítica de Nedyah


Nedyah
26 October 2017
En cuanto supe de esta novela, la primera entrega de una saga pero que se puede leer de forma totalmente independiente, ya que cada libro se centra en la historia de un hermano diferente, sabía que tenía que leerla sí o sí. al leer su sinopsis me vino a la mente imágenes de Sons Of Anarchy, una serie americana que me tuvo enganchada durante siete temporadas y que me descubrió un mundo que, dentro de la crudeza, las luchas entre clubes y el tráfico de armas y otros negocios ilegales, muestra, por encima de todo, la lealtad entre miembros y familia. Además, el mundo de los moteros es muy jugoso y también casa muy bien con el erotismo por todo el cuero y la forma de ser y de actuar de los clubes de moteros proscritos: sexo, droga y rock & roll, con guerras y luchas entre bandas para ascender y conseguir el control y el poder de determinados negocios de la zona. Hacía también mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una novela erótica y he terminado esta historia con ganas y muy emocionada. La saga de la Hermanda de la Daga Negra de J.R. Ward es una de mis favoritas del género y No Soy Yo me ha recordado en ciertos aspectos a ella, sobre todo en el apartado de los personajes, en los cuales profundizaré más adelante. En definitiva, me ha gustado muchísimo el mundo que nos trae Tillie Cole, cómo lo desarrolla y lo bien escrito que está, siendo evidente, como bien dice la autora en sus notas, que sus palabras tienen más de realidad de lo que imaginamos, que la historia de Mae y Styx, así como su conexión con los clubes moteros y la sectas, es un mínimo reflejo de la realidad.

A grandes rasgos, la sinopsis nos resumen los primeros capítulos del libro. Styx, con tan solo 11 años, en una de las escapadas con su padre para enterrar el cuerpo de un enemigo del club, decide alejarse de la zona y acaba topándose con una verja que limita un complejo enorme. Allí, echa un ovillo y sin para de llorar, reconoce la figura de una niña de 9 años que lo deja totalmente helado: es la niña con ojos de lobo más hermosa que ha visto nunca. Impulsado por protegerla consigue romper momentáneamente con su incapacidad para hablar y le dice su nombre: River. Pero, ella, temerosa, regresa al interior del complejo y, desde entonces, River, ahora conocido como Styx, no ha podido olvidarla, removiendo cielo y tierra por volver a encontrar aquel extraño lugar perdido y escondido de la mano de Dios. Hasta que una noche encuentran a una joven herida y magullada a las afueras del club y Styx la reconoce de inmediato: es ella, la chica de ojos de loba con la que siempre ha soñado. Automáticamente, se siente en el deber de protegerla y darle cobijo, aún con los peligros y problemas que ello pueda acarrear. Además, ¿por qué estaba en la puerta del club casi al borde de la muerte? ¿De quiénes huía? Son preguntas que se irán descubriendo poco a poco y que, junto a la vida rutinaria de club, con la venta de armas y las persecuciones, tendrán que hallar también la identidad de un topo que no hace más que poner a los miembros de su club en peligro.


En la trama nos encontramos con dos escenarios complicados como son las sectas y los clubes de moteros. Ambas son sociedades y formas de vivir que se rigen por normas estrictas y tipos de conducta que pueden chocar a los que no estén familiarizados con el tema, sobre todo en el aspecto de las sectas, y más en el caso concreto que nos narra Tille Cole. En La Orden, como se le hace llamar, las mujeres son consideradas pecado y viven para complacer y dar servicio al Profeta David y a los hombres de la comunidad. Hay varias escenas muy descriptivas que ponen los pelos de punta y te hacen pensar que cómo es posible que, a día de hoy, aún existan pensamientos y movimientos que promuevan y apoyen esa clase de comportamiento.
Por el lado del club de moteros, también nos encontramos con escenarios crudos y cargados de sangre, con peleas callejeras y muertes que, como bien dice el propio protagonista, son el día a día del club: es matar o morir, y la familia, el club, siempre está primero.
Ambos mundos han sido plasmados como mucho realismo y me ha gustado muchísimo ese contraste de realidad cruda y dura, con el romance apasionado, diferente y natural que surge entre los protagonistas, sobre todo ante la idea de que nazca una relación tan pura y sincera entre dos personas que proceden de mundos totalmente diferentes: uno donde las mujeres son pecadoras por naturaleza y viven para obedecer y servir ciegamente a los hombres de la comunidad, y otro donde el sexo y la violencia son el pan de cada día.


Salome, como es conocida en la secta Mae, lleva toda la vida recluida en La Orden, aislada del mundo exterior, y siguiendo la directrices de una comunidad que sigue las enseñanzas y palabras del Profeta David. Su vida ha estado llena de maltratos, de miedos, de opresión... Por ello, en cuanto encuentra una oportunidad, huye de aquel lugar sin mirar atrás, temerosa de que la encuentren pero también con la esperanza de acabar en un lugar mejor. Y así, llega a la puerta del club de Los Verdugos, donde conoce a hombres y mujeres que rompen con todas las creencias inculcadas por La Orden. Su adaptación será difícil pero, con el tiempo, empezará a comprender que no todo es blanco o negro y que existe un prisma bastante amplio y diferente sobre lo que es bueno y malo. Además, al vivir alejada toda su vida del mundo exterior, lo verá todo con ojos frescos, debiendo aprender sobre la marcha y sacando sus propias ideas e incluso su propio concepto y límite sobre lo moral y ético.
Styx, por otro lado, es el presidente de Los Verdugos de Hades, el famoso y reconocido Verdugo mudo, debido a su incapacidad para hablar delante de las personas. Sólo con su difunto padre y Ky, su mejor amigo dentro del club, es capaz de soltar alguna que otra frase coherente entre tartamudeos. Bueno, con ellos dos, y con la misteriosa chica de ojos de loba cuando apenas era un crío. Debido a esa incapacidad en el habla, aprendió el lenguaje de signos, con el que se comunica con el resto de los miembros del club. Pero, ojo, que ese incapacidad no sirva para pintarle como figura débil de cara a sus enemigos. Styx es un presidente que hace lo que sea para con su club, y más cuando reaparece en su vida Mae y todo su mundo empieza a girar en torno a ella.
Styx ha sido un personaje que me ha encantado porque rompe con todo cliché romántico y erótico (como hace JR Ward en La Hermandad de la Daga Negra). Bueno, vale, de físico está para mojar pan, pero la autora lo humaniza y lo hace más cercano con esa dificultad en el habla. Dentro de la perfección aparente, su imperfección hace que destaque mucho más y se vuelva más Adonis a los ojos del lector por la superación, perseverancia y tenacidad que muestra para superar ese hándicap. Es el presidente de Los Verdugos, un importante club de moteros, y se ha ganado el puesto no sólo por herencia sino también por méritos propios, y todos sus hermanos le apoyan y le admiran, sin importar la discapacidad que pueda tener. Styx es valiente y frío cuando tiene que serlo, pero también tierno y dulce cuando está con Mae.
Junto a Mae y Styx, nos encontramos con Rider, miembro del club y tercero en discordia, pues su relación de amistad con Mae hará que Styx saque al macho alfa que lleva dentro. Mae y Rider me han gustado mucho juntos, tienen una complicidad única porque han tenido un pasado similar pero, claro, cuando un motero toca a la dama de otro... ¡que arda Troya! xD.

La pluma de Tillie Cole me ha parecido magnífica, mostrando la crudeza y la realidad, dentro de la ficción creada, de estos dos mundo que entran en colisión: las sectas y los clubes de moteros. Además, es una novela erótica que combina muy bien las escenas subidas de tono con los momentos más tiernos y romanticones entre los protagonistas. Y por si fuera poco, y en vista de que la saga tiene para rato (creo que son 8 libros) y que cada libro se centra en un personaje diferente, Tillie Cole también se detiene en mostrarnos el panorama general de los hermanos, en el hogar de Styx y los demás moteros y en cómo todos y cada uno de ellos tienen su función y su papel importante en el club. Estoy deseando seguir descubriendo a Los Verdugos de Hades en el ir y venir diario del club y, por supuesto, la historia erótica y romántica de cada uno.
La única puntilla que puedo encontrar es que hay un apartado de la trama que se ve a leguas y, por tanto, no me sorprendió cuando se desvela al final pero, por lo demás, es una lectura más que recomendada si te encanta la novela erótica y te apetece cambiar de aires y averiguar cómo se trata, se ve y se siente el amor, la venganza y la familia desde el corazón de un motero proscrito.

En resumen, 'No Soy Yo' es una lectura autoconclusiva en cuanto al apartado romántico de los protagonistas que nos hace testigos de la colisión entre mundos opuestos: las sectas religiosas y los clubes de moteros. Es una historia narrada con fluidez y agilidad, con lenguaje propio y peculiar, y con un romance entre dos personas destinadas a salvarse entre sí, a encontrar en el otro lo que tanto necesitaban. Styx y Mae me han cautivado. Espero con ganas la historia de los demás hermanos del club.

Enlace: http://eraseunlibro.blogspot..
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