Nuestro mundo muerto

Los relatos recopilados en esta antología pueden encuadrarse dentro del realismo mágico. En todos ellos aparecen referencias al cristianismo y a las creencias animistas de la zona de Bolivia. Sobre este último punto, quiero remarcar que se nota que la autora conoce de su cultura en que no trata las referencias animistas con el exotismo de otros autores. En la edición se especifica que en varios relatos se incluyen testimonios de pueblos indígenas sacados de etnografías.

Son historias autónomas enlazadas por un sentimiento trágico que impacta en el lector. Y es que Liliana sabe crear imbuir a cada relato un ritmo propio que crear diferentes sentimientos. Es por ello que considero que debe leerse despacio, incluso dejando tiempo entre los relatos para poder procesarlos y que se asienten. Uno de mis favoritos ha sido el primero "El Ojo", es absolutamente genial.

Una dificultad que presenta su lectura es la ausencia de notas al pie. Me explico, se han mantenido las estructuras y palabras locales, lo que a veces puede costar un poco a hispanohablantes de otros lugares. No concibo una adaptación de los relatos porque sería una manipulación de las ideas de la autora, pero debe irse mentalizado a tener que buscar algunas palabras.

Al margen de esto, la edición es preciosa, de tapa blanda pero flexible a mi me ha acompañado en el transporte público. Cabe en cualquier bolso mediano. El tamaño de letra es perfecto para facilitar su lectura.

Este libro es perfecto para iniciarse en la literatura latinoamericana.