Caminar sin punteras

"Caminar sin punteras" nos habla del proceso de duelo doloroso y necesario para sanar tras una pérdida.
Almudena Cid se abre en canal para narrar su experiencia, no sólo con la intención de ordenar sucesos y pensamientos y, de esa manera, entender lo ocurrido; sino para compartir las herramientas que quizá resulten de utilidad a otros. Un ejercicio de valentía y generosidad absolutas que se agradece.
Reconozco que tras haberme formado en inteligencia emocional y coaching hace ya bastantes años como método de autoconocimiento y sanación en mi propio duelo, me causaban cierto rechazo las ocasiones en que la autora insistía en regocijarse en el dolor, en vez de luchar por salir adelante. En más de una ocasión he estado a punto de dejar la lectura por ello. Sin embargo, ahora me doy cuenta que ese rechazo surgía de mi inconsciente para recordarme que ya había pasado por momentos como ese en muchas ocasiones y que, gracias a ello, cuento con herramientas que no me permiten caer hasta lo más hondo del pozo o que, como mínimo, aligeran la caída y me alientan a salir de ahí lo antes posible.
Ahora que he finalizado la lectura, agradezco a Almudena que provocara ese efecto en mí, que me obligara a recordar lo imprescindible que fue esa montaña rusa hacia el autoconocimiento y todo lo logrado hasta ahora.
Como ella misma dice, en caso de vernos ante un nuevo duelo (de la clase que sea), dolerá menos y sabremos que esa mochila cargada de experiencia es nuestra gran aliada.
Además, ha sido muy interesante conocer esa otra realidad sobre la gimnasia rítmica, saber de su crudeza como en muchas otras profesiones, descubrir las luces y las sombras de una disciplina que, al menos yo, siempre he tendido a idealizar.
Me quedo con el buen sabor de boca final al comprobar que tanto la gimnasta como la persona que es ya se encuentran en una etapa mucho más agradable del arduo camino que es la vida.