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«El tigre nocturno» nos traslada a la Malasia de los años 30 y tiene como protagonistas a la joven Ji Lin y al pequeño Ren. Ella es una joven de origen humilde que intenta sobrevivir y pagar las deudas de su madre trabajando por las noches en un salón de baile como instructora, una profesión mal vista socialmente. Él, un niño que trabaja como sirviente, cuyo anterior amo, antes de morir, le obligó a hacer una promesa que se esforzará en cumplir. Un trozo de dedo cortado (sí, habéis leído bien), una leyenda y los hilos del destino unen los caminos de estos dos protagonistas y otros personajes en una historia que acabó por sorprenderme. El punto más fuerte de este libro es que tiene mucho trasfondo cultural, tanto malayo como chino. A lo largo de las páginas se detallan mucho algunos elementos como las vestimentas, las tradiciones y las costumbres de la zona y la época. Se expone la rigidez normativa, la represión, la hipocresía, las desigualdades económicas... Pero destaca especialmente la representación de las dificultades que tenían las mujeres para ser independientes tanto económica como moralmente, siendo prácticamente imposible labrarse un futuro más allá de un matrimonio ventajoso. Otro de los detalles que más me ha gustado es que se explican muchos significados de nombres y se realizan constantes juegos con el sonido de las palabras y sus significados. A los que, como a mí, os gusten las lenguas, seguro que os resulta enriquecedor. En cuanto a la historia, tiene una primera parte un poco lenta, pero asienta un misterio y, cuando se introduce el elemento místico, atrapa mucho más. El romance también es relevante, pero es más como idea, apenas hay momentos de pareja como tal. Además, tiene un puntito de amor prohibido que le da vidilla. Los personajes están bien construidos y algunos, como Ren y su hermano, son enternecedores . En general, me ha resultado una novela original que plasma perfectamente la cultura oriental a principios del siglo XX y que introduce tenues elementos fantásticos, por lo que la enmarcaría dentro del realismo mágico. |
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