Mi recomendación es leer este libro intercalándolo con otras novelas e ir absorbiendo las enseñanzas de cada pequeño relato, o leerlo de forma pausada. Sea como sea, recomiendo no leerlo del tirón porque entonces corres el riesgo de olvidarte de las minihistorias y sus moralejas creando un batiburrillo de historias sin sentido. Aquí, lo importante es lo que cada relato-pensamiento trasmite y te hace sentir. Hay que saborearlos y dejar que hagan mella.
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