Los misterios de Charlotte Holmes

Los Misterios de Charlotte Holmes es el primer título de la serie protagonizada por los descendientes de Sherlock y Watson. Sin duda alguna, un homenaje en toda regla a las novelas de Sir Arthur Conan Doyle donde no faltan los guiños a varias obras, protagonistas con el mismo perfil extravagante y, por supuesto, un caso a resolver como trama principal. En adición, es preciso aclarar que no es necesario continuar con la serie, ya que la historia es autoconclusiva.

En cuanto a historia, me resultó muy interesante que los protagonistas fueran descendientes de estos famosos detectives y que la autora dibujara en ellos el mismo perfil que Sherlock y Watson, desde un punto de vista más juvenil y ambientado en un instituto de élite privado. Otro punto a destacar es que el asesinato no se hace de rogar e inmediatamente se centra en la trama del caso a resolver. En ese sentido, es una novela que empieza con brío e intriga, pero su ritmo me ha parecido muy irregular. En mi opinión, los progresos de la investigación son muy lentos, ya que cuando la pareja protagonista está en pleno espionaje, orientando pesquisas hacia sospechosos o estudiando pruebas siempre hay un parón en el caso que me adormecía la intriga de un solo tajo. Es cierto que la autora también va introduciendo la vida personal de los personajes principales y relaciones con los familiares, pero a mí me desinflaba muchísimo que no se avanzara en la investigación.

A grandes rasgos, el misterio a resolver es predecible a la par que no te permite teorizar sobre el culpable. Este título se centra en Holmes y Watson, de forma que apenas conocemos a los personajes secundarios y, por tanto, el círculo de sospechosos es muy abierto y prácticamente el asesino puede ser cualquiera. No obstante, como punto meritorio, debo reconocer que me ha encantado las deducciones tan inteligentes y rebuscadas de Holmes, cómo psicoanaliza a las personas y el ingenio de la pareja para recabar pruebas y descubrir la verdad.

Como comentaba anteriormente, los protagonistas son un reflejo de Holmes y Watson, con la diferencia de que son adolescentes de dieciséis años, Holmes es una chica y la historia se desarrolla en nuestra época. Me ha gustado que la autora se ciña a dichos perfiles porque son personajes complejos y únicos, pero lamentablemente no he congeniado con ellos, ni con el intento de romance que surge a lo largo de la historia. Individualmente, Watson me ha parecido un chico inseguro y ecléctico, mientras que Charlotte está siempre drogada y no he conseguido dilucidar su auténtica personalidad. Por supuesto, en esta historia no pueden faltar los Moriarty y el personaje análogo a Mycroft.
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