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Un grupo de facinerosos acaba con la vida de Don Juan de Escobedo, secretario de Don Juan de Austria, la noche de Pascua de 1578. Asesinado a estocadas, exhala su último aliento en la calle de la Almudena, próxima al Alcázar Real. Martín de la Vega y Afonso Duarte, viejos amigos y compañeros de armas, se verán involucrados en una peligrosa conjura relacionada con el crimen, que pondrá en peligro sus vidas y convertirá la corte de Felipe II en un trasiego de sospechas, acusaciones, alianzas y traiciones. «El diablo a las puertas del cielo», de Héctor J. Castro, es la última entrega de la trilogía «El siglo de acero». Los volúmenes se pueden leer de manera independiente ya que, aunque comparten protagonistas, se desarrollan en diferentes lugares y momentos históricos. Esta novela transcurre en Madrid, la pequeña villa a la que Felipe II decidió trasladar la corte desde Valladolid. Castro nos describe sus callejas, sus casas, sus gentes y también los bajos fondos de la ciudad, en los que se desarrolla buena parte de la historia. Tras licenciarse del ejército, Afonso y Martín llevan vidas opuestas. El primero se gana la vida trabajando honradamente y el segundo dando escarmientos, o lo que surja, a cambio de unas cuantas monedas que le permitan pagar alojamiento, yantar y algún que otro vino con el que ahogar la penas. Amigos y compañeros, unirán ingenio y armas, como tantas otras veces, para llevar a cabo la misión que les han encomendado y vivir para contarlo. Y no será tarea fácil, pues se enfrentan a un poderoso enemigo que, por mantener su puesto en la corte, hará lo imposible porque fracasen en su empeño. El autor ha conseguido recrear de manera magistral uno de los crímenes más misteriosos de la Villa y Corte. Un asesinato que salpicó a Felipe II, de quien se dice que pudo estar implicado por la desconfianza enfermiza que sentía hacia su propio hermano. Una novela llena de acción en la que dos hombres nobles y valerosos deberán enfrentarse a traidores dispuestos a todo por conservar su fortuna y sus influencias en la corte. |
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