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Me encantó la narración. El escritor lo logró! Todo el tiempo fue esa mulata rebelde quien se asomó a mis oídos a contarme esa historia de la Nueva Espańa del siglo XVII. Yara aprendió a escribir su nombre, le enseñó la Madre Poeta, y se fascinó con ese laberinto que suele causar saber ordenar las letras. Fue en cierto modo su primera discípula y su primera escucha. La mayoría de las veces no entendía los versos, pero le gustaba escuchar a la Monja. Desde la voz de la esclava de Sor Juana Ines de la Cruz, nos sumergimos en la dureza de la vida de la mujer de ese siglo, en las penurias de la esclavitud, en la historia de la Ciudad de Mexico. Insumisa desde siempre, “la negra” es un personaje que me maravilla que hayan sacado del olvido. Cercano a la poetisa podría haber sido de esos mundos desconocidos que nadie llega a conocer. Disfrutè mucho la lectura. |
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