El sentido del asombro

¿Cómo se pueden sacar reflexiones e ideas tan sumamente interesantes de un texto tan breve? Cuando se escribe desde la experiencia propia, el escrito resultante siempre tiene una calidad superior al que escribimos apoyándonos en ideas solo teóricas. Rachel Carson escribe de tal manera que el lector solo puede sentir admiración, no ya solo por su trabajo y dedicación al medio ambiente, sino también por la gran persona que debió de ser.

La autora nos presenta unas ideas muy modernas de lo que es para ella la educación. Enseñar muchas veces no requiere solo conocimientos ya que no todos somos científicos ni profesionales de todos los temas. Rachel anima a todo el mundo a crear expectación en los niños, a alimentar ese asombro y curiosidad con el que nacen, pero que vamos perdiendo poco a poco según vamos creciendo. Ella nos explica que no es necesario por ejemplo saber nombres de plantas o animales, sino fomentar en los niños un espíritu crítico y curioso que los lleve a ellos mismos a buscar la información y querer saber más, aprender por ellos mismos.

Muchas veces el problema de la educación en la sociedades modernas empieza en edades tempranas, ya que los niños se sienten desmotivados y no tienen ganas de aprender nada, ninguna curiosidad por ningún tema en concreto. Incluso quién no ha conocido a alguna persona que hasta su adultez no ha sabido lo que más le gustaba en la vida, que no se ha interesado realmente por algo hasta entonces. Quizá si los adultos siguiéramos los consejos de Rachel Carson y fomentaramos en los niños una curiosidad que realmente ya llevan impresa en sus genes pero que dejan de sentir desde bien pronto, en un futuro esas personas quizá no se sentirían perdidas a la hora de elegir profesión o a lo que dedicar su vida. Incluso sin curiosidad, las personas muchas veces no saben en que gastar su tiempo libre.

Vivimos en una sociedad de la inmediatez, de tenerlo todo al alcance de la mano, o más bien, al alcance del móvil. Él parece resolver todos los problemas, nos explica todo lo que necesitamos, y cada vez los niños sienten menos esa sensación de conseguir por ellos mismos la información que necesitan. Quizá las cosas no sean como cuando Carson crió y educó a su sobrino, pero sus consejos pueden seguir vigentes hoy en día.