Una novela negra defectuosa

Me apasiona la novela negra. Más allá de mis adorados clásicos del XIX y principios del XX, de mi literatura anglosajona, del estilo costumbrista... hay otros muchos géneros que me apasionan, y entre ellos, además de los thrillers y novelas de misterio... pues está la novela negra. Por eso, cuando me tocó Una novela negra defectuosa de Pablo Carnicero, en el primer sorteo que realizó Paco (Un lector indiscreto) en el reto de libros autopublicados, di palmas con las orejas, porque me apetecía mucho leerla.

Para empezar, tengo que decir que para mí es una novela negra defectuosa, sí, pero porque entre otras cosas tira más para algún que otro género que no es precisamente ese. Tiene muchas más características de thriller que de novela negra en sí. Un ritmo trepidante a lo largo de las 116 páginas de la novela, con un personaje principal que no tiene ni un momento de descanso y al que le pasa todo lo imaginable y más allá, innumerables escenas de acción, poderosos que manejan hilos y son muy influyentes... A pesar de las constantes referencias a un clásico de la novela negra y policíaca como es El halcón maltés, sinceramente creo que sus características tiran más hacia otro lado y que, puestos en una balanza, los muchos ingredientes que tiene la historia tiran mucho más hacia una historia de acción que hacia el género negro. He tenido la oportunidad de comentar este aspecto con el autor (¡gracias!) y no iba muy desencaminada. Una de las razones de ese "defecto" del que presume el título van por este camino.

Joe Laguna es un guardaespaldas de prostitutas de lujo reconvertido en escritor de novela negra que, aun a pesar de llevar años apartado de ese mundillo, se ve abocado al caos, de vuelta a los bajos fondos y a los viejos conocidos, tras aparecer su novia asesinada en su piso. Se propone averiguar quién lo ha hecho y, en el intento, la madeja, como cabía imaginar, se hace más y más grande con cada paso que da. Pasan muchas cosas en las poco más de cien páginas de la historia. En ocasiones piensas que demasiadas (pobre Joe... y pobre todo aquel que ose moverse en un radio de menos de 5 metros a la redonda en torno suyo). Se dice una y otra vez a lo largo de la historia que lo que estamos leyendo no es una novela negra, que es real como la vida misma, y que por tanto es más dura, pero pasan tantas cosas, y ninguna buena, que llega un punto que dices: "¡no, esto solo pasa en las novelas, negras o no negras!". Pero vamos, que si yo quisiera realismo me pondría a leer otras cosas.

Laguna como personaje te cae bien; un hombre que se ha reinventado, con muchos intereses muy ajenos y alejados de lo que los prejuicios nos podrían llevar a pensar. Él lleva el peso de toda la trama entre un buen puñado de personajes secundarios (algunos con mucha relevancia en la historia; otros mucho menos, haciendo solo acto de presencia para hacer avanzar la historia).

La ciudad de Guadalajara tiene también mucho protagonismo, y a través de sus calles y lugares, yendo y viniendo a Madrid cuando la historia así lo requiere, vemos a Laguna avanzar a trompicones y como buenamente puede en busca del asesino de su novia (realmente Sara, a pesar de estar muerta, y sin poder explicar mucho más sin desvelar la trama, es quien mueve buena parte de la historia).

Y así, con la banda sonora de Bob Dylan de fondo, y mirando de reojo en una pantalla ese aire neo-noir de Sin City al que se hace alusión de tanto en tanto, acompañamos a Laguna en su peregrinar por unas páginas que se leen con mucha facilidad y en tres ratines, porque la historia en sí es muy entretenida, que es la finalidad de todo esto. Próximamente leeré alguna otra novela suya, que me apetece mucho ver cómo se mueve por otros géneros.
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