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Hacía tiempo que quería leer alguna publicación de la editorial Roomie, porque sus ediciones me llaman mucho la atención (eso es muy superficial por mi parte, pero no me escondo, me dejo guiar por las portadas), y no me había surgido la ocasión hasta hace un par de meses. Escogí Bajo esquirlas de hielo porque en ese momento necesitaba mucha fantasía para salir de un pequeño bloqueo lector, y no me digáis que no es un libro precioso. Tayllon es un joven entusiasta del periodismo, sin embargo, lleva años anclado a un puesto de becario, sin apenas opciones de ascenso. En la competencia, Riaza es una periodista de pleno derecho con grandes ambiciones. Ambos, cada uno con sus propias motivaciones, acabarán siendo los elegidos para cubrir la noticia del cincuenta aniversario de la Gran Nevada. Hace cincuenta años, una espesa nieve tóxica cubrió en segundos el pueblo de Wermon, dando lugar a muchas muertes y desapariciones. Debido a la potencial amenaza, el pueblo fue cerrado y aislado, pero todo aquel que ha osado acercarse durante todos estos años, ha acabado desapareciendo también. El misterio envuelve lo ocurrido en una fantástica leyenda que habla de monstruos de escarcha, provocando el silencio y terror entre los supervivientes de la época. Para Tayllon, esta podría suponer su oportunidad de ascenso y Riaza ya se ve ganadora de un importante premio por el artículo. La ambición, hará que los periodistas se vean arrastrados a un mundo mágico y oscuro, plagado de hielo y nieve. Es un libro que disfruté mucho. La trama me resultó muy original y el mundo de hielo está perfectamente construido, llegando a dar auténtico pavor imaginarte allí encerrada. La lectura al principio es más lenta, porque no es fácil situarse en una ambientación de fantasía, tan diferente a otras que he podido leer. Sin embargo, en cuanto comienzan a aparecer los primeros misterios y los protagonistas se adentran en Wermon, la acción es constante hasta el final. |
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