La profecía autocumplida

Mathew, hijo de salmantina y británico, nace en Oxford pero tras la separación de sus padres se va a vivir a Salamanca. Estudia Filología Inglesa y su sueño desde que tiene uso de razón es ser escritor. En su mente tiene todo planificado y empieza a escribir la que cree que será su gran novela, pero después de la primera corrección comprueba que lo que ha escrito no es tan bueno como pensaba. Decide dedicarse a leer y leer y encuentra en el autor Edwin Wolf a su ejemplo a seguir, por lo que lee todas sus obras.

Mathew comienza a apreciar en su vida diaria una serie de coincidencias con una novela en concreto de Wolf y esto hace que se forme en él la idea de que tienen una especie de conexión. Su admiración es tal que finalmente consigue conocerlo en una firma de su último libro y tener una conversación con él. En esta parte me ha parecido apreciar un guiño a un autor internacional, pero tendréis que leer la novela para averiguarlo.

Suceso a suceso y dato a dato se va tejiendo la trama del aprendiz de escritor que quiere ver su sueño hecho realidad. Es una historia impactante, un thriller psicológico que te atrapa desde la primera página y no puedes soltarlo hasta llegar al final. No me esperaba ese final, y a unas poquitas páginas del desenlace me he quedado con la boca abierta con lo que ha pasado. Simplemente, magistral. No es la primera vez que leo a Carmen y no será la última. Tiene el don de crear historias que, a pesar de ser cortas, pues esta en concreto tiene 126 páginas, teje los hilos de una forma limpia y va dando al lector pistas poco a poco para llegar al final y hacer que explote la cabeza.

Leedlo, por favor, no tengo ninguna duda de que os va a encantar.