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Vivimos tan inmersos en el tiempo, es tan cotidiano para nosotros, que pocas veces nos detenemos a pensar en su verdadera naturaleza, en lo que es, e incluso, pocas veces nos hemos detenido a pensar si es verdadero o un sesgo de percepción del mundo. Bajo este precepto viene Carlo Rovelli —uno de los físicos teóricos más destacados en la actualidad— para intentarnos explicar qué es el tiempo, cómo funciona y todo lo que pueda derivar de esta conversación. A mi manera de ver, el libro está escrito en forma de lecciones cortas, pero bastante sustanciosas, de física. Cada capítulo aborda un tema en particular correspondiente al tiempo y lo desgrana paso a paso. de esta manera parte de lo que creemos que es el tiempo, aborda lo que sabemos sobre él y su naturaleza y finaliza el viaje mostrándonos la relación de nuestra especie con él y por qué es importante para nosotros. Esto último era algo que no esperaba encontrar en un libro de un corte físico como el de Rovelli. Rovelli sabe combinar elegantemente la física con la literatura. No solo incluye algunos versos de Horacio al comienzo de cada capítulo, sino también las apreciaciones de algunos autores sobre el tiempo y una que otra novela que destaca por su relación extraña con el señor Tiempo. de nuevo, esto es algo que no esperaba encontrarme en un libro de física. Grosso modo las lecciones que aborda el libro —o al menos fueron las que me quedaron a mí— son estas: • No hay un tiempo único • No hay una diferencia real entre pasado y futuro • No hay un presente común • La gravitación es un componente dinámico de la estructura del universo • El tiempo es cuántico y tiene estados mínimos • El mundo está hecho de eventos, no de objetos • La estructura del universo no es presentista, no hay un orden global • Para describir el universo no hace falta tener una variable llamada tiempo • Cada parte del universo interactúa con una pequeña porción de las variables del mundo • A lo mejor lo que llamamos Tiempo sea una perspectiva del mundo, como lo es la bóveda estrellada • El fenómeno de “causa y efecto” puede ser una consecuencia de un hecho estadístico • Pese a todo esto, para los humanos tiene mucho sentido darle un tiempo al mundo Creo que del libro lo que más destaca si alguien lo hojea desprevenidamente son los dibujos de los Pitufos —sí, aparecen estos seres creados por Peyo— con los que coloridamente se intentan explicar algunos conceptos al comienzo del libro. Lastimosamente, si bien los dibujos son llamativos no los noté tan informativos como se esperaría y poco a poco el autor se va olvidando de ellos hasta que al final del libro uno ni recuerda que había Pitufos en el libro. Esto viene de la mano con el hecho de que a veces el libro se queda muy corto en sus explicaciones. Parece que solo estuviera dirigido a un público que entienda los conceptos básicos de la cuántica y la física teórica pues en muchos momentos no se detiene a darle las suficientes herramientas a algún lector incauto que haya llegado al libro por simple curiosidad. El orden del tiempo es un libro estrechamente ligado con la filosofía y la verdad, para mí no tendría el mismo sentido si no fuera de esta manera pues sin duda alguna lo que los humanos llamamos tiempo es un constructo a la medida de nuestras limitadas capacidades con el fin de darle un orden y sentido a nuestra cotidianidad. Una última cosa: Si alguien lee esta reseña antes de leer el libro, le recomiendo que comience la lectura por el capítulo 13 y conforme vayan introduciendo cada capítulo se dirija al apartado en cuestión. Es un capítulo bastante diciente y que le da mucho sentido a toda la lectura. |
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