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«El invitado del día de acción de Gracias» de Truman Capote es un relato quizá autobiográfico contado por un adulto rememorando una anécdota de su infancia. Tiene mucho de novela de aprendizaje (aunque aquí comprimida). Nos presenta al típico matón abusón de colegio que hizo la vida imposible al narrador y le amargó parte de su infancia. El niño maltratado por el matón solo tiene a una tía anciana con la que vive que es su mejor amiga y confidente. Ésta invita a Acción de Gracias al abusón y éste roba un camafeo mientras lo observa escondido el narrador, que aprovechará para delatarlo y humillarlo en público. El narrador recibe una lección de vida y de ética que nunca olvidará por parte de su anciana tía y amiga: «Fue una maldad por su parte coger el camafeo. Pero no sabemos por qué lo cogió. Puede que nunca pensara llevárselo. Cualquiera que fuese la razón, no puede haber sido algo calculado. Y por eso lo que tú hiciste es mucho peor: tú planeaste humillarle. Fue deliberado. Ahora escúchame, Buddy. Sólo hay un pecado imperdonable: la crueldad deliberada. Todo lo demás puede perdonarse. Eso, jamás.» Este hermoso relato sigue resonando en el lector bastante tiempo después de haberlo acabado. Magnífico.
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