Monstruo verde: 131

Tres niños van al parque a jugar y a merendar. Pero no se dan cuenta y dejan los restos de su merienda sobre la hierba. Un feo monstruo verde se les acerca y les dice que se les ha olvidado recoger. Acto seguido se pone a llorar.

Los niños, preocupados, le preguntan qué les pasa. Él les dice que la naturaleza está muy sucia, que la gente tira lo que le sobra, todo está lleno de basura y eso es muy perjudicial para los animales y para las plantas. El monstruo les explica que la basura que ellos tiran en el parque va a los ríos y de allí al mar y que hay animales marinos que se la comen y se envenenan o que se quedan enredados en ella... El monstruo está muy triste porque cada vez la situación es más preocupante.

Los niños deciden ayudarle. Para ello, aplicarán la regla de las tres "R": Reutilizar, Reciclar y Reducir

A continuación, los niños van a aplicar dicha regla. Enseñan a los pequeños lectores cómo se pueden reutilizar botellas de plástico, cajas de cartón, cómo se reciclan los deshechos y qué se puede hacer para reducir la cantidad de basura.

Son cosas muy sencillas que todos podemos hacer, niños y mayores. Y, cuando la naturaleza está limpia, todo parece más verde y más azul, el aire se respira mejor y todos estamos más contentos.

"Monstruo verde" es un divertido y bonito cuento infantil con un importante mensaje: ayudemos a proteger el medio ambiente. Creo que los niños de hoy en día están bastante concienciados; en la mayoría de los colegios se les enseña a reciclar y quiero pensar que la mayoría de las familias cuidan el medio ambiente. Pero no está mal que un cuento se lo explique: siempre es mejor que se sepa por qué hay que cuidar la naturaleza y cuáles son las consecuencias de no hacerlo. Mucho mejor si se lo explican niños como ellos y con actuaciones tan fáciles e incluso divertidas como las que hacen los niños del cuento. Para los niños todo es un juego y jugando aprenden. A reciclar también.

"Monstruo verde" es un cuento para niños en torno a cinco o seis años. Está escrito en letra mayúscula, con un lenguaje sencillo y pocas palabras. Las ilustraciones son muy bonitas, están como desvaídas o descoloridas, sin definir con negro los contornos.

En definitiva, un cuento que hay que leer y aplicar en el día a día.
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