El mágico prodigioso

"De mil torpes fantasmas que en el viento
su casto pensamiento
hoy se informe, su honesta fantasía
se llene; y con dulcísima armonía
todo provoque amores,
los pájaros, las plantas y las flores.
Nada miren sus ojos,
que no sean de amor dulces despojos;
nada oigan sus oídos,
que no sean de amor tiernos gemidos;
porque sin que defensa en su fe tenga,
hoy a buscar Cipriano venga,
de su ciencia invocada,
y de mi ciego espíritu guiada"

Me ha encantado esta obra que pertenece al género (nuevo para mí) de "comedia de santos" dentro del teatro del siglo de oro. al inicio pensé que se podría catalogar como "auto sacramental" pero es otro por su propia cuenta.
Ya he leído varias obras de Calderón de la Barca. Esta obra la compuso en 1637 y nos cuenta el "origen" de los santos Justina y Cipriano, hechos históricos que sucedieron en el siglo IV dC en Anatolia territorio del imperio Romano (Actual Turquía). Es una época que a veces se te puede olvidar pero estamos ante la persecución que se les hacía a aquellos que profesaban en la fe cristiana y no reconocían a los dioses romanos.
El inicio se me hizo pesado, no sé si es porque había muchos personajes que aún no eran tan importantes o por el lenguaje usado que era bastante ramplón por momentos y es que no toda la obra está en rimas. Esta primera parte no lo tiene casi y por ello me pareció algo más ordenadas y elaboradas las partes posteriores.
La historia empieza cuando el Demonio intenta atraerse a Cipriano un joven con muchos conocimientos que está ávido de descubrir más de lo que sabe. Luego empieza una pelea entre dos galanes Lelio (hijo del gobernador de Antioquía) y Floro. Ambos pelean por el amor de la hermosa Justina. Aquí están los tópicos arcaicos de enfrentarse por su mano y sin considerar la opinión de la dama, pues se antepone el "honor". Cipriano muy cautamente los separa y se ofrece para poder hablar con Justina y explicarle la situación. Ella parece no estar interesada en el amor y cuando ambos se ven las cosas empiezan a cambiar.

"Al fin, cuna, grana, nieve,
campo, sol, arroyo o rosa,
ave que canta amorosa,
risa que aljófares llueve,
clavel que cristales bebe,
y laurel que sale a ver
peñasco sin deshacer,
si hay rayos que le coronen.
son las partes que compone
a esta divina mujer."

Luego el Demonio haya ocasión propicia luego de los enredos que suceden para enseñarle a Cipriano las artes mágicas malignas, para ello se encierran en una cueva (me gustó esta interpretación de la historia) junto con su criado Clarín. Estos graciosos tanto Clarín como Moscón juegan el rol de payasos a lo largo de la historia, dicen cosas desatinadas, acompañan a sus amos o incluso se burlan de ciertas situaciones. No me desagradaron aunque su rol es por supuesto el típico.
El asunto pues es de tinte "faústico" como en Marlowe o Goethe. Sin embargo la gran influencia de Calderón es la obra "El esclavo del demonio" de Mira de Amescua que ya lo tengo apuntado para poder leerlo. Luego de este entrenamiento Cipriano sale a realizar su conquista.
La parte en que Justina se encuentra entre el dilema de amar me ha encantado, es muy fina y bien lograda.

"Pesada imaginación,
al parecer lisonjera,
¿cuándo te he dado ocasión
para que desta manera
aflijas mi corazón?
¿Cuál es la causa, en rigor,
deste fuego, deste ardor,
que en mí por instantes crece?
¿Qué dolor el que padece
mi sentido?"

Toca temas interesantes como la injusticia, la posición de la mujer, el abuso de poder (en este caso romano) y otros más. La explicación del demonio de ciertos misterios sí adolece a mi parecer de profundidad como por ejemplo sí la tienen la de Marlowe o Goethe. En general debo decir que no logré comprender varios parlamentos del todo y creo que se debe a la erudición del autor y también seguro a arcaísmos que no fueron del todo explicados a veces en la edición que me tocó leer (que no es ésta).
Finalmente la obra termina como debe ser al tratarse de una comedia de santos. Se explica el origen de esta rendición de culto hacia ellos en medio de la sociedad Romana y ambos terminan alabando a Dios por sus proezas y su gracia. Definitivamente me ha encantado este cierre a la historia y la valoro además como una obra que tiene este objetivo preciso de alabar la fe cristiana y lo hace excelente.

"Yo rendido y resuelto
a padecer dos mil muertes
estoy, porque a saber llego
que sin el gran Dios que busco,
que adoro y que reverencio,
las humanas glorias son
polvo, humo, ceniza y viento."