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La física del alma es un relato de ciencia ficción que parte de la cuestión de si el alma existe o no. Esta idea se encuadra en nuestra historia, Claude ha decidido poner a prueba el experimento de toda su vida con ella misma, el problema no es si se podrá teletransportar o no, tanto Martin como ella saben que sí, sino si su alma, lo que la define, la acompañará en el viaje. Para ello, el autor nos plantea una historia a tres tiempos: el presente en el que Claude está viajando, el pasado, para enseñarnos los avatares de la investigación y de la vida de los propios investigadores; y el futuro con las consecuencias tras el experimento. El dilema Aunque nos encontramos ante una narración corta, el autor consigue engarzar muy bien los elementos básicos para una historia, esto es ambientación, personajes y temática. Cada uno de estos elementos tiene sus pinceladas para que nosotros los ubiquemos y tengamos un todo sin cuestionamientos. En el caso de ambientación, nos presentamos ante un futuro no muy lejano, en el que los viajes espaciales (espacio) son posibles gracias nuestra pareja protagonista, pero que aún no se han abierto al gran público. Sin embargo, pronto sabemos que la sociedad está tras este avance científico y también conocemos sus opiniones. Por su parte, los personajes se nos muestran en su complejidad, no solo tenemos a dos científicos que hacen todo por su investigación, conoceremos también su calidad humana y sus ideas trascendentales. En este sentido, la historia gana mucho, ya que no estamos ante la típica figura del científico loco, sino ante humanos que entienden la complejidad de sus avances y que quieren explorar sus aplicaciones para mejorar el mundo. Será esta última intención, la de mejorar la vida de la sociedad, la que nos lleve a la gran cuestión de la narración, la existencia del alma. Sin embargo, no os inquietéis porque no vamos entrar en un gran debate filosófico, simplemente vamos a ver como en esta cuestión tendremos dos ideas, por una parte, la existencia del alma (amparada en el sentimiento religioso) y, por otra, la creencia de su fisicidad, es decir, que sea algo asociado a un cuerpo a través de elementos físicos (sistema neuronal, impulsos eléctricos, etc.). En este sentido, en la obra no encontraremos la tercera opción, que no existe el alma, explicitada, aunque será uno de los enemigos contra los que pelean nuestros científicos. El dolor de la incertidumbre La verdad es que leer este relato ha sido un remanso de paz, porque el autor tiene un estilo muy fluido y ágil que hace que lo devores, pero también ha sido un pequeño pellizquito de sentimientos. En realidad, nos encontramos ante una obra que nos habla del paso del tiempo, de nuestras metas y de lo que nos hace ser nosotros mismos. Sin embargo, todo eso podría quedarse ahí, pero tenemos unos protagonistas muy especiales, una pareja. Esta sinergia hace que los temas tratados no solo se vean desde un punto de vista personal, sino también a partir del otro. No es lo mismo desaparecer tú, que desaparecer para otra persona, por ejemplo. Todo esto, unido a la trama cienciaficcional, que es muy interesante, hace que nos enfrentemos a una lectura estupenda para tener ese pequeño golpecillo de realidad y, a la vez, podamos pensar un poco sobre otras cuestiones menos mundanas. Espero que os animéis con él, os reconozco que me ha gustado mucho, así que si lo leéis, disfrutad. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... |
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