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Mi manía de no leer las sinopsis me hace llevarme sorpresas continuamente. Algunas son malas y otras son maravillosas. Este libro es del segundo tipo. Lo abordé como una historia ligera, algo para entretenerme mientras no conseguía mi próxima lectura. Esperaba un libro de paso y encontré una obra maravillosa para saborear con calma. Tiene un toque a El diario de Bridget Jones (con referencia incluida), pero más profundo. A ratos reflexivo, a ratos divertido, también desencantado, ácido… Confieso que me ha emocionado. Aunque eso no es un gran logro porque tengo una capacidad innata para ello. Solo le pongo una pega; al comienzo nos avanza como acaba la historia. Es un recurso que utilizan algunos autores y que a mí no me gusta nada. Es como comenzar el libro por el final. Sé que hay gente que le gusta hacer eso, pero a mí no. Yo quiero empezarlo por el principio y seguir en orden, en eso soy bastante clásica. Además, me parece que se pretende captar al lector ofreciéndole un premio final. Creo que si un libro está bien construido, engancha desde la primera página. Cuando necesitas una promesa de futuro para avanzar, mal asunto. Recomendable para fans de las novelas de treintañeras que buscan su lugar en la vida. |
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