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Resulta muy difícil tratar de describir lo que uno puede encontrar en una novela tan peculiar como esta. Una amalgama de pequeñas historias, aparentemente inconexas, que aparecen y desaparecen en la narración sin que tengas la oportunidad de comenzar a paladearlas. de hecho, aun no se me ha ido la sensación del delicioso desconcierto que echa raíces en algún lugar de mi cabeza. Ese que ha conseguido que le de vueltas y vueltas a la valoración de una novela que es del todo inclasificable. Diría que la clave está en su poderoso título. Que podría pasar desapercibido en las estanterías salvo que seas amante de todo aquellos productos de bajo presupuesto que tantas buenas horas nos han dado en las pantallas de cine y televisión. Y es que Mónica Bustos no oculta su fascinación por ese tipo de productos y se ha lanzado al complicado reto de plasmar ese tipo de producciones al formato de una novela. Con todas las consecuencias y sin red de seguridad. de ahí que uno pueda sorprenderse a que, capítulo a capítulo, aparezcan en la novela fantasmas, hombres lobo, vampiros, ovnis, asesinos seriales, caníbales, sectas, médicos chiflados, nazis y todo lo que se te pueda ocurrir por la cabeza. Pero al mismo tiempo nos encontramos con una estructura narrativa que se maquilla también con los colores de la serie B, con tramas que van y vienen sin ningún tipo de sentido, que suenan absurdas, llenas de sangre y sin un hilo conductor que de algo de sentido a la novela. La apariencia que da es la de que se ha puesto al frente de esta historia a alguien incapaz de narrar una trama coherente, pero ¿acaso Tarantino no hizo lo mismo en su fascinante Death Proof? De ahí que esta historia no sea una novela sencilla de digerir y requiere de cierta predisposición por parte del que la tenga entre sus manos. Como pasa con el cine, aquí la historia aprovecha la complicidad del lector para darle todo aquello que está esperando, en un festival de situaciones rocambolecas y del todo sorprendentes que continuamente te trae a la cabeza esa expresión tan castiza que se resume en ¿pero qué coño...? Así que avanzas por la trama y compruebas como tras un accidente automovilístico causado por una aparición llegas a una aldea perdida donde se hacen extraños experimentos que pueden tener que ver con la presencia de un vampiro perseguido por un asesino en serie que resulta que tiene una mascota carnívora que una vez se comió a un motorista que pertenece a un culto cuya ultima aparición en un bar de carretera donde un extraño observa como en la televisión aparece una mujer que podría salvar la vida en la tierra...o algo así. Y sí, es tan surrealista como parece. Es una narración que probablemente no te va a gustar. Es una historia que te hará plantearte si merece la pena el tiempo que has invertido en ella. Es una historia, sin historia. Pero...¿qué es lo que tiene esta novela que me están dando unas terribles ganas de volver a ella? |
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