Huida del corredor de la muerte: 22

Esta novela, publicada ya fallecido Bunker, creo que puede ser el mejor final para un lector de sus obras. Empecé con Sajalín con Perro come perro hace unos cuantos años y fue como una inyección, recuerdo estar hasta las tantas sin poder dejar el libro a un lado. Tenía que madrugar, el trabajo al día siguiente era exigente, pero desembarazarse de Bunker es imposible.

A partir de ahí y al ver que Stark seguía el mismo camino, decidí que tenía que disfrutar estas novelas y me las iba guardando para leer en vacaciones y disfrutarlas como se merecen, sólo una al año, no vaya a ser.

Fallecido el autor, entre sus papeles se hayaron una serie de historias cortas y tres un poco más largas que compusieron este libro de relatos. Voy a dos de estas, para mí las mejores que recuerdan el buen manejo de la pluma carcelaria del señor azul de Reservoir Dogs.

“Mía es la venganza”, imposible no recordar Soledad Brother de George Jackson, un mundo en el que la vida de un negro vale bien poco, menos aún en la cárcel, la ejecución sin motivo de un amigo deriva en un plan de venganza donde todo puede salir mal.

“Huida del corredor de la muerte”, que con mucho acierto da título al libro, refleja esa desesperación que tan bien transmite Bunker de un recluso, él lo fue durante muchos años. Su tiempo está contado, la cámara de gas le espera y un plan de huida pasa a ser su único billete a la libertad. de nuevo se mezcla ese honor entre ladrones/asesinos, aquello de no soltar el arma, ser un tío duro, ser leal. Reafirmando aquello de que una mala toma de decisiones te pueden llevar a la peor de la penitenciarias.

¡Gracias Bunker, gracias Sajalín!