Soy un lector muy ocasional de este género literario, así que seguramente estaré completamente equivocado, pero creedme, yo soy el primero que lamenta que este libro no me haya gustado tanto como esperaba (esas malditas expectativas).

Excepto por un episodio puntual de las dos primeras partes y la breve tercera, me ha parecido un libro flojillo. No he sido capaz de meterme en esa novela absorbente que se describe en la mayoría de las críticas que de él he leído. La he encontrado plana y sosa en general. Tampoco he visto por ningún lado ese análisis psicológico de personajes complejos que algunos apuntan y, desde luego, nunca se me ocurriría calificarlo como el libro más bello jamás escrito sobre... sea la cosa que sea. Vamos, que no le he encontrado la gracia, y no me refiero solo a que el sentido del humor se lo debió guardar el autor para mejores menesteres.

Dejando aparte temas como el deficiente sistema penitenciario americano, la vida de delincuencia del ex convicto como única alternativa real (muy existencialista para mí), incluso como la alternativa que esta sociedad se merece, o la adición a las drogas como compensación a una vida de mierda, es un libro sobre la lealtad y la amistad, aunque a veces su tratamiento me haya parecido un tanto pastelón.

Eso sí, el tío habla de lo que conoce y de una forma que quiere ser objetiva. Todo suena muy creíble, aunque quizás ese enfoque frío que el autor parece que quiso darle a la historia consiguió precisamente eso conmigo: que me distanciara. Y creedme que lo lamento.