Necesitamos nombres nuevos

La historia se sitúa en un lugar llamado Paraíso. Aquí, a través de un grupo de niños, conoceremos las circunstancias de este lugar, la problemática de la hambruna en África y los sueños y expectativas de conseguir vivir en lugares mejores que tienen estos niños. La novela está dividida en dos mitades: por una parte la infancia de Darling en Paraíso, y por otra parte, su vida en Estados Unidos y el choque de cultura que conlleva.

La protagonista y narradora, Darling, es una niña de 10 años que vive con su abula y su madre. Su padre se marchó hace muchos años a Sudáfrica y no ha vuelto a dar señales de vida. Pasa sus días con su grupo de amigos, entre juegos e ir a zonas más ricas del lugar donde viven para robar guayabas. Todos estos niños, sueñan con conocer otros mundos, pero Darling sabe que lo conseguirá, ya que su tía Fostalina ha prometido llevársela a Estados Unidos.

En esta segunda mitad, con una Darling cada vez más adulta, iremos viendo como todas esas expectativas de hacer dinero, y de tener una vida mejor, no es tan fácil, ni tan realista como creía de pequeña. Darling, no se siente integrada, está destinada a los peores trabajos y mal remunerados. La gente la trata diferente por venir de África, tanto los abiertamente racistas, como la gente que trata de interesarse por su país. El choque de culturas también es demasiado para ella.

Soy un lector que disfruta tremendamente las historias donde hay choque entre diferentes culturas, ya que me da esa sensación de aprendizaje y enseñanza, que es uno de los motivos por los que más disfruto leyendo. Pero en esta novela me ha ocurrido algo extraño. La primera parte con Darling de pequeña y disfrutando con sus amigos, me ha encantado. Aún con la penuria del lugar, la he sentido muy tierna y me dio mucha pena acabarla. Sin embargo, la trama de Darling en América, que a priori me parecía lo más interesante, me ha cojeado un poco. Entiendo la idea, y lo que te quiere contar, y me parece interesante. Pero quizás, no ha sabido contarlo de una manera que te sigan interesando los personajes. O, al menos, esa fue mi sensación.