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Esta historia empieza despacio, incluso muy despacio. Conoceremos a los protagonistas, Frank y Dora que se acaban de trasladar a una casa que ha heredado Frank de su tía. La herencia ha llegado en el momento justo porque él acaba de perder su empleo de profesor en la universidad. Es una oportunidad de empezar de nuevo para los dos. Poco a poco vamos viendo qué fue lo que les llevó a aceptar la casa a pesar de la advertencia de su tía sobre que debería venderla y alejarse de ese lugar. La pareja tiene algún secretillo oculto que espera dejar atrás en ese pueblo. Withbrow es un pueblo sureño, cargado de pesimismo y tradiciones supersticiosas que interesan mucho a Frank ya que ha decidido escribir un libro sobre un antepasado suyo que vivió allí. Un terrible y cruel terrateniente esclavista al que llegaron a asesinar sus propios esclavos debido a su extrema crueldad. El misterio y la intriga se va construyendo poco a poco, con pequeños detalles que te dejan con la mosca detrás de la oreja. Pero cuando llegas a la mitad del libro o algo antes, ya no puedes apartarte de él… Una vez que Los del otro lado se hacen presentes en la narración, el ritmo es vertiginoso, los sobresaltos continuos. No es la típica historia de miedo o suspense, va un poco más allá y llega a ser muy cruda y sangrienta. El autor va dejando pistas sutiles, que a veces pillas y a veces no. Pero que terminarán siendo importantes más adelante. Te va dejando entrever que en el pueblo, y sobre todo en el bosque, se oculta algo terrible, peligroso, vengativo y cruel. No es amable con las descripciones, la sangre y la muerte aparecerán en toda su crudeza, sin disimulos. Es un libro de miedo, no hay porqué ser amables con ello. Pero te lo cuenta de forma que parece algo rutinario para un pueblo como Withbrow, como si fuera lo más normal del mundo. El argumento no es que sea la quintaesencia de la originalidad, no. Pero eso nos dará lo mismo porque lo interesante es cómo el autor lo trata. Es una visión diferente que no solo aúna un género, el del terror, si no también abarca temas sociales. Recordemos que en los años treinta en Estado Unidos, aparte de una grave crisis económica, el racismo era el pan de cada día, y más en un estado sureño como en el que estamos. Nuestro protagonista ha servido en la primera guerra mundial, lo que aún le hace tener pesadillas con el frente y las trincheras. Todo ello unido acrecienta la sensación de inseguridad y peligro. No es tanto lo que describe, que como ya dije no es amable, si no también lo que insinúa, cómo hace que el lector se imagine las escenas aún más terribles y más crueles, que haya más misterio, más intriga. La historia que nos cuenta Buehlman es perturbadora y cautivadora a partes iguales. Te deja con la sensación de que no hay respuestas fáciles para todo, a veces, las cosas, simplemente suceden. Enlace: https://lecturadirecta.blogs.. |
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