Este libro es uno de los pocos casos en el que existió primero la gallina y después el huevo. Me explico, el ilustrador alemán, Quint Buchholz, primero pintó todas pinturas que se pueden ver dentro de estas páginas y después la editorial le envió una a cada autor/a para que escribiera un relato basado en ella. En total son cuarenta y seis relatos, todos de diferentes autores. Algunos autores y autoras son muy conocidos, tenemos por ejemplo a Susan Sontag, Ana María Matute, David Grossman y Milan Kundera. Todas las ilustraciones tienen algo en común: los libros o su forma de representarlos, como la máquina de escribir. Las pinturas son en su mayoría surrealistas, por lo que pensé que los relatos - no son cuentos - iban a ir por ese lado también. Nope, estaba equivocada. Algunos escritores escribieron lo obvio, lo que se ve en la imagen y ya está. Yo pensé que iban a dejar volar la imaginación y darme algo surrealista o fantasioso también. Otros sí escribieron un relato del tipo fantástico, porque la imagen que les tocó se prestaba para eso, pero igual no me convencieron. de los cuarenta y seis relatos solo me gustaron un puñado, pero tampoco es que me encantaron. A la hora de hacer la reseña no me puedo acordar de ninguno en concreto, así de olvidables fueron. Sí puedo decir cuál de todos me pareció el peor y fue el que escribió Milan Kundera. Pensé que al ser un libro sobre libros lo iba a disfrutar más pero no fue así. Las ilustraciones las amé, los relatos no tanto. |