La trama es entretenida, llena de enredos y malentendidos. Cuesta parar de leer porque te metes de lleno en esa vorágine de mentiras, secretos, odio, amor… y terminas zampándote la historia en nada, como me ha ocurrido a mí. El personaje de Sara me ha gustado. Es una chica fuerte que, a pesar de tener miedo, no se esconde, todo lo contrario, planta cara al mundo, a su prometido, y a todos los que la odian, (menos a su padre, que es el artífice de sus problemas y por el que tenía que haber empezado). Con el personaje masculino, Dak-ho, he tenido mis más y mis menos, pues he llegado a detestarlo en ciertas partes de la trama. Es distante, amargado, solitario; envuelto en ese halo misterioso que lo convierte en un chico que suscita curiosidad y atracción. Es cierto que conforme la historia va avanzando, te va cautivando. Pero poco a poco, cuando se va desprendiendo de toda esa ira que le corroe y de sus temores. Cuando se deja llevar por lo que Sara le hace sentir, dan ganas hasta de achucharlo 😉 A pesar de que el final está bien, y la historia es buena, mi única objeción es que algunas partes del libro me han parecido un tanto pesadas, llegando incluso a desconectar de la trama en algunas ocasiones. Aun así, es una lectura entretenida, que se lee con rapidez porque te engancha; con un argumento que te mantiene en ascuas durante todo el libro, y dos protagonistas envueltos en una tensión sexual de lo más intensa. |