Cumbres borrascosas

En literatura se suele decir que si vas a hablar, dentro de tu libro, sobre un clavo, lo mejor es que lo uses, aunque sea para colgarte. Esto, desde luego, pretende expresar la necesidad de no describir cuestiones innecesarias cuya función sea terriblemente básica. Con esto en mente, pienso en el narrador de la historia que Emily Bronte propone. El señor Lockwood es, pues, un clavo que no se utiliza más que para una cosa: contar la historia. Fuera de eso, no se sabe a ciencia cierta su final o su utilidad pues se trata de una fábula que se pudo contar perfectamente desde una tercera persona omnipresente. Así que..., Bronte comenzó con este clavo innecesario que no mejora la situación de las cosas.

Por si fuera poco, aparecen personajes que me parecen..., caprichosos. Más allá de que Catherine madre tenga arranques de niña pequeña a sus 20 años, casada y con familia -en proceso, lo sé, pero familia-, la verdad es que los personajes al completo no parecen muy llamativos. Todos tienen una función específica dentro de la historia, una demasiado marcada para parecer interesantes. de hecho, las primeras líneas del libro ya te describen toda la idea de qué va la trama. Hablando sobre eso, es un caso tristísimo porque, contrario a generar expectativa con esa analepsis (el salto al futuro antes de regresar todo al origen de la historia), la verdad es que Bronte no supo manejarlo y lo echó todo a perder, generando que el lector no sólo supiera qué iba a ocurrir, sino que además supiera el cómo. Adiós al factor sorpresa.

Por si esto fuera demasiado poco para calificar el libro como aburrido, el lector se encuentra con que las situaciones se ven forzadas. No tienen causa lógica algunas acciones y mucho menos la terminación de la misma. Es sencillo que ponga el ejemplo de Heathcliff, quien de buenas a primeras, por "hazares del destino" que no sólo se vieron planeados, sino forzados, termina teniendo en la palma de su mano a todas las personas que necesita para generar su venganza. Así, el hecho de que la hija de Catherine termine haciendo lo que él diga, parece no sólo obvio, sino esperado y monótono.

Lo único que encuentro rescatable son las descripciones que esta mujer logra. Más allá de sentirte en el sitio, puedes perfectamente visualizarlo. Eso me encantó. Reconozco de forma enorme su maestría al momento de relatar el entorno y meter al lector en la historia. al menos esto salva un poco la situación, de lo contrario, creo que no contaría con armas suficientes para poder salir adelante. Y ya sé que esta reseña le desagradará a muchos; pero seamos sinceros, fuera de las bellas imágenes, todo parece duro y demás pensado.

Pese a ser llamado "clásico", no creo que deba de tomarse tan al pie de la letra. Que sí, expresa una época, como muchos otros textos, y retrata una sociedad..., también como muchos otros textos. Personalmente, no lo recomiendo demasiado a menos que gusten de tramas simplonas, personajes medianamente planos y, sobre todo, de libros que se predicen de forma aburrida desde el comienzo.

Saludos enormes.
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