Cumbres borrascosas

No creo que a estas alturas vaya a decir nada que no se haya dicho ya sobre “Cumbres borrascosas”, pero cuando acabé de leerla solo pude pensar que qué tarde había llegado a ella y que lo de Emily Brontë es de otro mundo. Leí la novela hace ya algunos meses y he tratado de escribir esta reseña varias veces, siempre fallando en el intento, porque “Cumbres borrascosas” es una novela tan inabarcable, tan perfecta, tan conocida por méritos propios, que no sabía ni qué decir. Y porque sentí demasiadas cosas al leerla que es muy difícil ponerle palabras y resumirlo por aquí.

“Cumbres borrascosas” es la historia de una venganza y de un amor tortuoso, enfermizo y destructivo. En Heathcliff, su protagonista, nos encontramos a un personaje a quien le arrebatan a Catherine, lo único que le hacía humano, y provoca que la maldad de su interior aflore y pase a ser un personaje torturado y que tortura quien se encuentra a su alrededor. Todo dado cuando a raíz de que Catherine rompa esa relación que ambos tienen por mantenerse socialmente, lo que condena a ambos a la infelicidad y a vagar por este mundo hasta que ambos puedan reencontrarse una vez muertos.
El amor de Cathy y Heathcliff es autodestructivo, ambos están unidos a lo largo de toda la novela en tanto que los dos pasan sus días sufriendo y torturándose el uno por el otro ya que no pueden estar juntos en vida. Y por eso, la vida de ambos es miserable y está movida por el odio y la venganza, hasta que, finalmente, ya muertos los dos puedan vivir su amor no terrenal, un amor que no puede consumarse ni entenderse en el mundo los vivos.

Pese a la violencia y el sufrimiento que inundan esta novela, me ha conmovido profundamente. He sufrido por Heathcliff, por su tormento y por la condena que le suponía vivir sin Cathy en vida y con ella muerta, pese a la crueldad que rezuma el personaje desde su primera aparición. Sin embargo, me tocó profundamente y durante la lectura había momentos en los que me encontraba pasándolo mal como si fuese yo quien estaba condenada. Y, desde luego, creo que es esto lo que tiene que conseguir a literatura.

En cuanto a la forma, estamos ante una novela totalmente ambiental, que te sumerge en la naturaleza de los oscuros y fríos páramos de Yorkshire, y en la que tanto Cumbres Borrascosas como la Granja de los Tordos pasan a ser protagonistas que se complementan el uno al otro.

El marco narrativo puede ser complejo (con narraciones dentro de otras), pero, a su vez, muy eficaz para entender a la perfección la evolución de los personajes, y en el que destaca el papel de Nelly, un personaje bastante cautivador.

En definitiva, “Cumbres borrascosas” es un clásico indiscutible, una historia que duele leer, pero que deja una huella imborrable; y una novela con uno de los personajes más complejos y mejores que se han construido, Heathcliff.

Es probable que a muchos no os haya contado nada que no supieseis, pero si por casualidad eres de los que no la ha leído todavía, por favor, hazle un hueco entre tus lecturas de 2024, de verdad que no te va a decepcionar