Cumbres borrascosas

Es un clásico que a día de hoy se sigue leyendo y sólo por eso ya debería tener ganada la mitad de cualquier valoración estrellada. A ver quién de los superventas de hoy igualará el que su obra perdure a través de las generaciones.

Sin haber vivido en la época tampoco cuesta imaginar que esta historia fuera distinta a lo conocido. Es una novela bastante alejada del empalago predecible de los personajes que, por entonces, se estilaban. Se atribuye cierta ambigüedad moral a los actores principales y quizá eso es lo que causó cierto rechazo en su época. Lo diferente, al menos de entrada, suele abocarse hacia la incomprensión.

De igual manera señalo dos apuntes que, para mi gusto, habrían mejorado bastante la novela. Por un lado una explicación más concreta de por qué Heathcliff es tan malísimo como lo pinta y describe su madre; la autora. Se le ocurren bastantes fechorías que atribuirle, pero de la descripción se deduce que es malote porque es malo sin más y hasta en sus mejores días, también es malo. A mí esto, en cualquier relato, de que el demonio es así porque es así y el santo, igual, me queda bastante cojo.

Por otro, bien podría haber recurrido doña Emily a la voz omniscente. Creo que el relato habría ganado en ligereza y también, desde su pluma, le habría otorgado más libertad para explicar la psique del personaje principal.