La niña de la banquisa

Hace más de veinte años que Adelaïde fue violada en las escaleras de su casa, tenía sólo nueve años. Desde entonces, aunque su mente ha borrado ciertos recuerdos, ha venido arrastrando las consecuencias psicológicas de la violación, coartándole su vida y su libertad como mujer. Tantos años después de aquello, la policía detiene a un violador en serie de niñas, el culpable de la violación hacia Adelaïde y de muchas otras niñas, ahora ya mujeres.

En "La niña de la banquisa", la propia autora narra de una manera dura, sincera y autobiográfica todo lo vivido, desde la violación con nueve años, hasta los días en los que tuvo lugar el juicio más de veinte años después.
"La niña de la banquisa" es el primer trabajo literario de Adelaïde Bon, y lo ha hecho con esta novela autobiográfica en la que escribe la crónica de una violación (la suya) y las consecuencias con las que ha acarreado durante más de veinte años.

El libro consta de tres partes y un epílogo. En la primera parte, Adelaïde Bon cuenta al detalle los hechos de aquél día. Y lo cuenta de una forma tan directa y desgarradora, tal y como lo recordaría una niña de nueve años, que hay partes en las que es necesario parar, tomar aire y asimilar lo que se está leyendo. Es realmente duro leer cómo aquél hombre la embaucó para ganarse su confianza y posteriormente violarla. Su subconsciente de niña aísla el hecho a cambio de una bulimia, con el consiguiente odio a su cuerpo. Por eso se autocastiga, se avergüenza, creando un muro entre ella y la sociedad.

Que el cerebro aísle este hecho, olvidando trozos y escenas de lo vivido en esas escaleras, no quita que las consecuencias psicológicas sean graves. Tanto como para marcar su vida sexual y sentimental, rechazando las relaciones sexuales. Durante la narración de la primera y la segunda parte, Adelaïde Bon revive todas las emociones, hasta que con ayuda logra aceptar lo que su cerebro se niega a ver.

En la tercera parte, vivimos de primera mano el juicio celebrado más de veinte años después. En él veremos el terror de las victimas al encontrarse con su agresor, por muchos años que hayan pasado, con solo una mirada de su verdugo, esas mujeres ya adultas vuelven a ser las niñas agredidas y horrorizadas.

En ésta última parte se pueden leer las declaraciones de las demás víctimas. Detalles que pondrían la piel de gallina a cualquiera, y más si se es madre o padre. En todo juicio se viven momentos de tensión, máxime en uno tan mediático como éste, y todo esto puede leerse en "La niña de la banquisa".

Con este libro, Adelaïde Bon ha hecho un ejercicio de catarsis emocional, un exorcismo donde expulsar esos demonios interiores, ha desnudado su alma para liberarse de la vergüenza, de la humillación, del terror por el que pasó y fue víctima durante más de la mitad de su vida. Porque una violación dura toda una vida.

"La niña de la banquisa" no es un libro para pasar un rato agradable, desde luego, es un relato duro, desgarrador y su lectura es un merecido aplauso a la mujer, a la niña agredida y violada, al conjunto de ellas. Este libro es por todas.



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