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En esta ocasión Kirsten Boie nos trae un libro compuesto por cuatro relatos, todos ellos basados en los viajes que ha realizado a Suazilandia, y protagonizados por niños. Son relatos duros, conmovedores, que nos harán reflexionar por las situaciones tan injustas que deben de vivir algunas personas por el hecho de nacer en situaciones más desfavorecidas. En los relatos se incluye alguna palabra en suazi, por lo que también trae un pequeño glosario de palabras básicas como hola, adiós, gracias… Y ya sabéis que para mí esto siempre es un acierto, porque crea un ambiente más realista y me favorece meterme en la trama mientras aprendo, por lo menos, a saludar. Tiene tapa dura y la edición del libro está ligada al contenido, con diseños étnicos en el interior y texto en color tierra rojiza. La autora se expresa con lenguaje sencillo, hay que tener en cuenta que “hay cosas que no se pueden contar” está recomendado a partir de los 14 años, pero no por ello pierde la esencia y el poder de transportarnos a la vida en Suazilandia. de hecho, tan es así que recomendaría este libro a quien esté abierto a ver la cruda realidad que viven los protagonistas, tanto jóvenes como adultos. Como detalle os cuento algo que adoro encontrar cuando leo un libro y es… la procedencia del título. ¡En uno de los relatos lo veremos incluido! Este libro me ha gustado tanto que he echado de menos que fuera más largo y que incluyese un par de historias más. Asimismo hubiese agradecido que el epílogo fuese más extenso ¿por qué? Porque habla sobre Suazilandia, sobre África, sobre la realidad que viven y sobre los niños que la autora conoció allí. Os recomiendo este libro si estáis dispuestos a escuchar la dura realidad que viven, porque es un libro que no deja indiferente, y como dice la autora las historias no son más tristes que la realidad. Enlace: https://www.instagram.com/do.. |
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