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Una propuesta muy sugerente dentro del panorama de la ciencia ficción, y muy bien llevada por el autor. En un futuro muy cercano, el mundo entero sufre un desconocido pulso de procedencia desconocida que, de forma simultánea, borra todos los discos duros y sistemas de almacenaje de información del planeta. El caos invade todos los países, que iniciarán una encarnizada búsqueda de soluciones mientras todos recelan de todos. En una estación espacial, una misión acaba de regresar de Marte y todos han muerto excepto Kameron Obb, quien está infectado con un parásito desconocido y pronto revelará que dispone en su cabeza de toda la información perdida en el mundo. En este entorno, se hila una poco sutil caza al hombre, en busca de ser los primeros en recuperar la información perdida, mientra Obb apuesta por esconderse de todos y encontrar a su hija, quien ha sido secuestrada con la intención de servir de cebo. Con un dibujo atractivo que prescinde de la tinta y pasa del lápiz a color, este primer tomo (de 2) supone un punto de partida sobrio y elegante de una buena, muy buena, historia de ciencia ficción. |
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