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Las historias de Annabeth Berkley me gustan, no es un secreto. Son historias cortas, bonitas, que siempre acaban bien y que te dejan con una sonrisa en la boca al cerrar el libro, o el ebook en mi caso. Es verdad que al ser cortas puedes creer que te ha faltado algo, pero eso es porque te quedas con ganas de saber más de esos personajes que te han conquistado sin pretenderlo. Con Un San Valentín para Hannah no ha sido diferente. La historia de Hannah y Jason es por momentos bastante divertida, pero también tiene esa dosis de emoción que hace que la disfrutes más. La dosis justa, esa que de alargarse un poco más, te arrancaría las lágrimas. Casi lo consigue conmigo y eso que es bastante rápida la solución. La sonrisa que me dejó al acabar no se fue en un buen rato y volvía a aparecer cuando pensaba en ellos. Es una historia muy bonita que nos habla de segundas oportunidades, de que puede que lo que das por cierto no lo sea del todo, de cambios en tu vida después de algún susto, de aceptar la ayuda de los demás... Es verdad que me hubiera gustado saber más del después, tanto con Jason y Hannah como con Margaret, Stuart o, incluso, Violet... Pero supongo que eso habria sido alargarla demasiado. Esta tiene su final, de esos de película y, como he dicho antes, de esos que te hacen sonreír sin poder evitarlo. |
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Crítica de Paquilectora
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