Medianoche en el jardín del bien y del mal

Este libro lo he empezado dos veces, ambas para algún reto que pedía que estuviera basado en un crimen real... y lo dejé en ambas ocasiones; ya que me esperaba una novela negra o policíaca, y me parecía más un libro costumbrista, por lo que lo abandonaba a las pocas páginas.
Ya dicen que a la tercera va la vencida... y esta vez, me ha atrapado, quizás porque ya sabía a que atenerme.
El libro nos narra las vivencias de un periodista neoyorquino que se siente fascinado por la ciudad de Savannah y decide escribir un libro sobre ella, instalándose allí por temporadas. Este periodista, del que no llegamos a conocer el nombre, es el narrador de la historia.
Hay dos partes muy diferenciadas (incluso en el índice).
La primera, es una descripción detallada de la ciudad y de sus habitantes más destacados, ya sea por su riqueza, como por cualquier otro motivo. El narrador es bien recibido en los distintos estamentos de la sociedad, tanto en las mansiones majestuosas como en los garitos nocturnos. Conocemos infinidad de personajes, todos ellos muy interesantes. Entre ellos, un travestido negro, un rico anticuario blanco, un anodino funcionario del que se cree puede envenenar el agua de la ciudad, una antigua estrella, un pianista que vive “okupando” las mansiones cuando sus dueños viajan...
En la segunda parte, es donde se desarrolla la vertiente criminal, con un homicidio y el consiguiente juicio, aderezado por las relaciones entre los personajes que hemos conocido a lo largo de la primera parte.
Ambientado en los años 80, nos presenta una ciudad que se ha quedado estancada en sus años dorados, donde la clase alta ha impedido algunos avances e intentado preservar su forma de vida. al mismo tiempo, nos muestra que, pese a no parecerlo, aún impera un cierto racismo; aunque no de forma violenta, sino a una segregación casi natural, aceptada por ambas razas.
Muy recomendable.