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Margarita, la protagonista de esta historia y quien da nombre al libro, no es una adolescente “normal”, si es que hay algo en esta vida que pueda calificarse así. Creativa, reflexiva, inteligente, crítica y con una familia un tanto peculiar, vive a las afueras de la ciudad y le gustan cosas tan poco comunes como inventar palabras, escribir el principio de historias que nunca se escribirán o escribir poemas feos (“el mundo está lleno de poetas así así, pero un poema realmente feo es escaso”). Todo cambia en la vida de Margarita y su familia con la aparición de una casa en forma de cubo oscuro frente a la suya y, con ella, los “del Bene” (los del Bien) una familia que parece ser la antítesis a lo que es la suya: políticamente correctos, consumistas, siempre a la última tecnológicamente, perfectos en sus modales… Margarita se da cuenta de que nada es lo que parece. Su familia comienza a cambiar y a transformarse en algo que no es, mientras que sus vecinos se apoderan de su intimidad familiar. Lo que parecía bueno ya no lo es y les hace alejarse de la realidad. “Los del Bene trataban de contagiarnos con el arma bacteriológica del siglo: el tedio. Esa que te convence de que esperar a vivir es menos trabajoso que vivir” Pero ciertos miembros de la familia parecen resistirse, como el abuelo Sócrates (al que intentarán quitarse de en medio) o Margarita, quien con la ayuda de Ángel, la “oveja negra” de la familia del Bene, intentará proteger a su familia y al mundo que la rodea. Con un comienzo divertido, en el que te ríes abiertamente, y un final inquietante y reflexivo, es una historia que atrapa desde las primeras páginas por la soltura con la que está escrita. “Margarita Dolcevita” es una crítica mordaz al sistema, al consumismo, a la globalización o el progreso a costa de cualquier cosa; pero escrito de una manera tan ingeniosa que resulta entretenida y ágil de leer. Una novela en la que se habla abiertamente de la sexualidad o la muerte sin por ello perder parte del “realismo mágico” bajo el que se escribe, ya que aparecen también personajes pertenecientes al imaginario. Una lectura necesaria para no perderse a Margarita, una adolescente increíble, reivindicativa, que contagia vitalidad y ganas de vivir |
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