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Este libro es la historia de una tragedia anunciada. El título, la sinopsis y la imagen de portada así lo muestran. Enrique, ciudadano alemán recién casado, decide instalarse con su mujer en un lugar perdido, cumpliendo así con su sueño de llevar una vida apacible y tranquila en medio de la naturaleza. El motivo de la elección del lugar es más bien arbitrario porque en un principio se decantó por Argentina, pero terminaron dejando las maletas al norte de España. Ambos comienzan lo que creen que será la vida de sus sueños, pero no contaban con que su único vecino les va a hacer la vida imposible. Se cree con derecho a los pastos y tierras que llevan años deshabitadas, está acostumbrado a llevar a su ganado a pastar por donde le place y el alemán es una amenaza a erradicar. El escritor va desgranando está historia desde la boda y posterior establecimiento de Enrique en Vilouta hasta situarnos años después junto a la sinrazón y el egoísmo más absolutos. El ambiente que se logra es oscuro, algo lúgubre y no porque el lugar lo sea, sino porque los Toucedo lo logran con su comportamiento rastrero y ruin sin medida. Una cosa que diría de Enrique es que me ha parecido algo pasivo, es decir, parece que desde el principio está un poco a verlas venir, pero también es verdad que es muy fácil hablar desde fuera. Una historia corta pero muy bien narrada, te mete de lleno en el ambiente hostil y peligroso y la verdad es que, en general, es una historia que da bastante tristeza porque los alemanes son sólo un matrimonio que quiere vivir en paz sin hacer daño a nadie pero no los dejan. |
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