Algún día, hoy

Es difícil despedirse de esta novela, sus personajes y paisajes que se grabaron en mis células. Algún día, hoy se ganó un espacio especial en mi biblioteca y en mi corazón. Forma parte de esos libros que a medida que vas pasando las páginas te gustaría no terminarlo, o no haberlo leído para poder leerlo por primera vez. Ángela Becerra gestó con maestría del lenguaje esta novela que ensambla y fusiona realidad con ficción. Betsabé Espinal fue la mujer que lideró la primera huelga femenina en Colombia y América Latina. Olvidada por la historia, la autora la rescata y la convierte en su protagonista.

No quiero develar la trama, puesto que he amado descubrirla a través de las páginas, en las que la autora convierte la palabra en alquimia y la transforma en emociones y sentimientos profundos. “Las palabras pueden ser paisaje y también caricia.” Diversidad de personajes profundamente caracterizados, contrastes sociales, entre los que encontramos a Betsabé, un ser de identidad única e intransferible, cuya vida desborda en aromas, percepciones, reflexiones, palabras, elocuencia, emoción, fuerza y calidad humana. Un orgullo de mujer.

La belleza de la escritura de Ángela Becerra está creada por su musicalidad y la poesía que brota en sus descripciones y nos embriaga en su idealismo mágico. Su ficción nos envuelve en un tiempo mágico, donde las fechas dejan de importar, y los personajes se encuentran con un mundo artístico y filosófico efervescente. Mundos y sentidos afloran con fluidez en sus páginas. Algún día, hoy es una de las mejores novelas que he leído.

En palabras de Ángela Becerra, esta novela es un canto a una mujer rebelde capaz de encarar todos los obstáculos de enfrentarse a las injusticias de su tiempo, un canto a la liberación de las mujeres, un canto a su inteligencia, instinto y fuerza; un canto a la vida y al amor.