Los crímenes de la academia

Mentiría si os dijera que no se me van los ojos detrás de una portada con salpicaduras de sangre. Luego leo la sinopsis y decido si hacerme con ella o dejarla pasar. Evidentemente, “Los crímenes de la academia” no fue una de las que dejé pasar y por eso hoy comparto mis impresiones sobre una novela con un planteamiento original que tiene una adaptación cinematográfica, protagonizada por Christian Bale y Robert Duval, que se estrenará muy pronto en Netflix.
Horas antes de su muerte, Augustus Landor, un policía retirado de Nueva York, recordará las circunstancias que rodearon la investigación de un espantoso asesinato ocurrido en la instalación militar de West Point. Fue en octubre de 1830 cuando la institución, que todavía no gozaba del prestigio que con el tiempo se granjeó y para evitar un escándalo, contrató los servicios de Landor para resolver un extraño hecho. Un joven cadete se ahorcó y su cuerpo fue posteriormente sustraído y profanado. Durante la investigación, solicitará la ayuda del cadete Edgar Allan Poe, para que sea sus ojos y oídos dentro del campus...
De esta manera comienza una novela que cuenta con una buena premisa, pero tiene un desarrollo de cadencia pausada, tardando bastante en arrancar, por lo que los lectores deberán armarse de paciencia en este sentido. En ella, su autor ha querido dejar constancia de la efímera etapa que Edgar Allan Poe pasó en la Academia Militar de West Point, donde ingresó a principios de 1830. Ha llevado a cabo un buen trabajo al contextualizar tanto la época como al poeta mismo. A mi parecer, la presencia de este joven Allan Poe como personaje es todo un plus para la historia. A través de una serie de informes que elabora para Landor, alguno de ellos perfectamente obviable porque no aporta nada a la resolución del caso y en los que tiende a dejarse llevar por su estilo grandilocuente, empleando un lenguaje anticuado y denso, auténtico hasta cierto punto, aunque tiende a ralentizar en ocasiones la lectura, conoceremos a un cadete culto, sagaz e imaginativo, algo mayor que el resto. Presenta a su vez una faceta perturbadora, con el estigma de indisciplinado, insolente y presuntuoso, de misterioso pasado y afición por la bebida, que destacó en disciplinas tan dispares como las matemáticas o el francés.
Poe y Gus Landor forman un equipo interesante, con distintas y atractivas voces, y van a llevar a cabo una investigación encubierta y poco ortodoxa que de salir a la luz podría causar un daño irreparable a esta incipiente institución. El misterio y el suspense están perfectamente dosificados por el autor e irán in crescendo conforme nos acercamos a un giro final sorpresivo que pocos verán venir, pero que no me ha terminado de convencer porque lo he visto algo forzado.
El lector se desplazará por el argumento siguiendo la voz intimista, en primera persona, del propio Gus Landor, el personaje encargado de impulsar el relato y proporcionar una visión más personal de los acontecimientos. El tono de conversación desenfadado de este narrador es inusual, ya que en cuantiosas ocasiones se dirige directamente a su lector. Este estilo narrativo hace que la lectura de la novela sea bastante entretenida y te impliques más en ella.
Sintetizando: “Los crímenes de la academia” es una novela de suspense de corte clásico que cuenta entre sus personajes con un joven Edgar Allan Poe y está ambientada en la Academia Militar de West Point, en 1830. Es por esto que recomiendo su lectura a aquellos que disfrutan del misterio de época en general y a los fanáticos este genio de la literatura gótica en particular.

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