Sexbook: Una historia ilustrada de la sexualidad

Muchas gracias a Babelio por el envío de este ejemplar a cambio de una reseña

Soy mucho más de ficción que de no ficción, pero hay temas que siempre me han parecido importantes a la hora de leer. La sexualidad es uno de ellos. No he leído tantos libros como me gustaría, tengo varios en la lista de pendientes. Así que cuando aparece esta oportunidad no la rechazo ni en broma.

Hablar de la sexualidad en relación con la historia y además de ello hacerlo saliendo de la hetero normatividad, el patriarcado y el colonialismo no es fácil. Nos han condicionado a ver estas ideas como “normales”, como lo básico a lo que atenerse. Pero el sexo es mucho más que un pene, muchísimo. Y aunque el debate debería centrarse en placer, la realidad es que el debate se centra en aceptación, respeto, igualdad y supervivencia. Además, las ilustraciones reflejan muy bien con su simbología lo que nos cuenta el texto (creo que no hace falta decir que son explícitas).

Este libro tiene este enfoque. El pene no es el centro del mundo, la sexualidad humana es muy diversa y el colonialismo ha ocultado y eliminado varias perspectivas con respecto al género (entre otras muchísimas cosas). Esto es lo que puedo decir así sin hacer “spoiler”. No hay una trama, porque no es un relato. Así que he creído conveniente picaros con algunas cosas que he aprendido de este libro:

El divorcio estaba contemplado en el Antiguo Egipto: bastaba con que la mujer pronunciara “me voy”. Además de que el concepto de la virginidad no tenía valor alguno y se podían tener periodos de prueba (llamados “Un año comiendo”).
En zonas de América antes de que llegara la invasión europea, la sexualidad era mucho más libre: poligamia, homosexualidad. Pero el conocimiento que tenemos de estas prácticas es limitado ya que los invasores se encargaron de destruir toda costumbre y representación de esta.
En india había más de dos géneros. Las hijras era el término que se usaba en referencia a un género-sexo liminal (entre lo femenino y lo masculino). Muchas otras culturas en África también tenían conceptos similares.
A principios de 1900 se comercializa el primer vibrador.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchas personas que vivieron en campos de concentración (incluye la homosexualidad) fueron detenidas hasta los años 60. No fue hasta el 84 cuando los homosexuales recibieron compensación. Y hasta 2017 los condenados en democracia no recibieron la aprobación de la compensación.
En 1986 en España, dos mujeres se besan en plena calle y la policía las detiene junto a su amigo Jesús. Este evento inspiró las “besadas” como método de protesta.
Hasta 2020 no se investigó al escritor francés Gabriel Matzneff por pedofilia. Recibió premios y apoyo por parte de organizaciones e intelectuales desde los 70.
Sobre el satisfyer: Una mujer robó cuarenta ejemplares para repartirlo entre sus amigas.
Así que si queréis saber más, porque hay mucho más, os animo a que os metáis en esta historia de la sexualidad humana.

-Ele

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