Donde habitan las palabras

Donde habitan las palabras es una extensa novela de capítulos que se dividen en dos partes. Por un lado, los días anodinos y llenos de recuerdos del párroco Laureano y, por otro, las historias de su padre. Se ambienta en la España de la transición y con ello se adentra en el bipartidismo y la corrupción política, aunque también trata muchas otras épocas por las que va transcurriendo la vida del protagonista. El padre de Laureano luchó en el bando fascista mientras que él siempre ha mantenido una batalla contra la dictadura y el postfranquismo. Es un libro lleno de reflexiones sobre política, profundo y enérgico, aunque pausado de leer ya que no hay gran conexión entre las historias del padre y la vida trivial de su hijo que se basa en observar el mundo, sobre todo a las mujeres, y reflexionar sobre él.
Los pequeños relatos del padre son la savia que alimenta la novela y que va desmigando todo un pasado lleno de historias y personajes, aunque en mi opinión, es un libro demasiado extenso con personajes de poca relevancia y numerosas descripciones que, si bien son de una calidad admirable, terminan por ser repetitivas y dejan esa sensación de que el libro avanza muy lentamente. Además, creo que la editorial cometió un gran fallo de maquetación al emplear la letra cursiva para los relatos del padre ya que cansa mucho la vista y es la parte más extensa de la novela.
Este libro es un conjunto que hay que leer con paciencia y con ganas de disfrutar de un viaje largo y tranquilo, en el que debes dejarte guiar por las numerosas y espléndidas descripciones del autor. Si eres de aquellos a los que les gusta tener hojas que paladear y sentir, este es tu libro.