Ella dijo Destruye

Como uno de mis grandes descubrimientos del año pasado fue “Cuando la oscuridad nos ama” de Elizabeth Engstrom (editado por La Biblioteca de Carfax), me decidí a probar suerte con alguna otra autora que hubiese publicado la editorial. En esta ocasión se trata de un libro de relatos, que me suelen costar algo más por aquello de que no es una historia única y tienes que salir y entrar de muchos imaginarios en poco tiempo, pero es verdad que dejando tiempo entre la lectura de cada uno de ellos, la sensación de haberte sumergido más es mayor.

Los trece relatos que componen este volumen tienen en común la presencia de lo sobrenatural, de entidades o seres que se encuentran a nuestro alrededor y quizás no podamos ver pero sí sentir, y su influjo es lo que provoca una angustia atenazante en sus protagonistas. En muchos casos los personajes habitan lugares tristes y sin futuro, en los que el aburrimiento puede ser aliciente para imaginar este tipo de monstruos, pero también puede que sus protagonistas tengan algún tipo de relación ancestral o de poder con esos seres, así que era cuestión de tiempo que ambos mundos colisionasen, y es en ese instante en el que nos posicionan los relatos de Nadia Bulkin.

Puesto que la autora tiene orígenes indonesios y estadounidenses, nos encontramos con historias que beben de ambos mundos, de sus terrores y leyendas particulares. El miedo es una sensación omnipresente, y la autora no duda en poner en situaciones extremas a sus personajes, rozando incluso el género gore, pero siempre con un fin, el de dirigir la historia hacia donde le interesa. Hay también un punto sociológico en sus relatos, que nos muestra los prejuicios y las miserias de una sociedad machista, racista, agresiva y solitaria. Realmente parece que no hay salvación para los humanos, aunque, en sus finales, siempre nace un atisbo de esperanza, la de la posibilidad del cambio.

En definitiva, este conjunto de relatos me ha parecido bastante interesante aunque no sea uno de mis géneros predilectos. Recomiendo leerlo con tranquilidad, disfrutando de cada relato por separado para individualizar cada uno de ellos y dejarle que tome forma en nuestra imaginación.