Huyendo del vicio

Maria (sin tilde) busca un lugar en el que reformarse, en el que dejar a un lado ese vicio que no puede controlar. Un cura le recomienda Trespadejo para desconectar y reencontrarse.


Leo, por motivos económicos, se ve en la obligación de aceptar cualquier trabajo. Por eso, cuando le sale un puesto en la granja del tío de su novia, no duda en tirar hacia Trespadejo con ese coche que se le cae a pedazos.


Cuando Maria conoce a Leo, sabe que todo va a ir mal. Sobre todo si tenemos en cuenta que va a estar conviviendo con un tipo atractivo y que eso la aleja de su objetivo.


Para empezar, esta novela tarda cero coma en sacarte la primera carcajada. Ya sea por el carácter de Maria o por sus acciones locas y sus rimas, o por el resto de personajes, que no hacen más que alimentar la diversión.


Hay tramas surrealistas pero que te van a conseguir que te partas de risa, y, aunque el romance es algo secundario y poco profundo, no te hace falta más.


Es un libro con puro diálogo y humor absurdo, para mí, una de las mejores combinaciones.


¡No será la última vez que lea a Jon!