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«Noches de Navidad», la antología publicada por Duermevela donde se le da al espíritu navideño un nuevo enfoque y la brujería pasa a ser protagonista a lo largo de sus 8 relatos. Las editoras indican en una nota al final de este libro que pretendían traer «nuevas historias con un sabor antiguo» y… ¡Justo eso es lo que han conseguido! Además de la encrucijada y el árbol del tejo, premisas que comparten todos los relatos, también hay otros tantos elementos clásicos que se pueden encontrar a lo largo de este recopilatorio y que nos recuerdan inevitablemente a los cuentos más tradicionales: hechizos, pócimas, la importancia de la luna y las estrellas, el solsticio, los familiares, aquelarres… Y, sobre todo, la gran presencia de la naturaleza . Esto, unido a que la mayoría comparten una pluma elegante, delicada y detallista, convierte la lectura en una experiencia MUY envolvente desde la primera frase. Y eso es algo que yo personalmente valoro mucho en los relatos, pues me cuesta más quedar satisfecha con el argumento y su desarrollo o el de los personajes debido a que se me suelen quedar cortos; no me da tiempo a entrar en ellos. Pero en «Noches de Navidad» entré y de cabeza. En general, en muchas de las historias del libro se respira una atmósfera similar (salvando las distancias), muy rural, donde tiene mucho protagonismo la relación de las brujas con el resto de los habitantes del pueblo. Sin embargo, cada autora impregna su personalidad en las páginas y los relatos no se hacen nada repetitivos. Algunos son más esperanzadores y bonitos, otros melancólicos y otros crueles y agridulces, pero todos me han parecido originales y me han gustado en mayor o menor medida, como suele ocurrir con las antologías. Quizá los más diferentes sean «La sangre de la Ondina», de Rocío Vega, y «La maldición de Emilio Navidad», de Patricia García-Rojo, por ser mucho más fantásticos. Mis favoritos han sido este último, junto con «El corazón de una bruja» y «Los Tejos» |
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