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Una autora, que yo solo conocía por su literatura infantil, nos sorprende con un libro que está entre la novela de misterio, la novela negra y la existencialista. Gracias a Babelio, en su programa Masa Crítica, he tenido la oportunidad de leerlo. Laly, la protagonista, es una periodista especializada en destapar escándalos eclesiásticos a través de sus artículos publicados. Perseguida y amenazada, decide huir y esconderse durante unos días en un convento de clausura donde una monja que conoce la acoge sin problema. Durante su encierro Laly descubrirá una serie de sucesos protagonizados en el pasado dentro del convento con abusos, violaciones, abortos, restos de recién nacidos y esqueletos de monjas emparedadas en criptas y pasillos subterráneos, robos de obras de arte, irregularidades urbanísticas,... Un sinfín de barbaridades que despertarán su interés por denunciar unos hechos que llevan repitiéndose durante décadas. Pero a la vez descubrirá también una vida contemplativa que le dará una tranquilidad y una paz jamás experimentadas y le hará plantearse muchos interrogantes sobre su propia existencia. La monja con la que compartirá esos días le planteará a la vez sus propias dudas, sus decisiones erróneas que tomó en el pasado y sus miedos. Así que un libro que empieza destapando misterios y escándalos dignos de una interesante investigación, se convierte en una obra que pone a dos mujeres ante una crisis existencialista a una edad en la que deberán decidir qué hacer con sus vidas en el último tramo que les queda, superar sus miedos y arriesgarse para salvarse. Una historia muy entretenida, que engancha desde el inicio, con información sobre la forma de proceder de los altos cargos eclesiásticos muy suculenta, que horroriza pero no sorprende. He disfrutado leyéndola, aunque algunos aspectos no me han encajado del todo y el final, aunque bien construido, ha sido previsible. |
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