Una tarde de verano, tres amigos se reunen para su habitual club de lectura. Pero antes de que sus amigo lleguen, Carol vive un momento un poco extraño y conoce a un señor más extraño aún. Hablan sobre libros, le hace un retrato, le dice que mañana le dejará un regalo en el mismo sitio en el que se encuentran y desaparece. Después de contarles a sus amigos Tony y Susana su extraño encuentro, deciden volver al día siguiente y encuentran, efectivamente, un regalo para Carol, un collar y una nota. Así empieza esta historia surealista en la que nuestros tres protagonistas viajarán a una realidad alternativa a través de una librería que no siempre está donde debería. A pesar de que el libro tiene claras referencias y bebe de libros clásicos como La historia interminable, Alicia en el país de las maravillas y alguno que otra más, no ha sido suficiente para crear una historia que me haya enganchado ni interesado. El planteamiento es muy interesante, el funcionamiento de las librerías y el mundo de Nölt tienen mucho potencial, pero se quedan un meh. ¿Y por que? Por los personajes, que me han parecido bastante sosos y vacíos. Los protagonistas, que son supuestamente amigos, se tratan entre ellos, sobre todo con al personaje de Susana, de una forma bastante fría y cruel en algunas ocasiones. Otra cosa que me ha dado mucha rabia es que me dio la sensación más de una vez de que demonizan demasiado la realidad virtual y las redes sociales. Está claro el mensaje de que no se puede abusar, de que hay un mundo que puede llegar a ser muy oscuro... pero ni tanto ni tan poco. En cuanto a la narración, me sacaba todo el rato de la lectura las pequeñas aclaraciones o discursos que mete muy a menudo la autora mientras describe como se siente algún personaje. Algunos de los mensajes que quiere transmitir en esos momentos son interesantes y dignos de apreciar, pero hacen que desconectes de la situación que se está narrando. Ha sido, aún así, un paseo de lo más entretenido y un mundo, repito, muy interesante. |