Las celdas de Maddom: Volumen 2

Seguir escarbando en lo que se encuentra tras los muros de Maddom, ese centro penitenciario y psiquiátrico fruto de la imaginación de Sergi Aparici Mañé (S.A.M.), se ha convertido en todo un viaje oscuro al centro de esas psiques perturbadas que son analizadas. Como ya sabemos, todo el universo que rodea a Maddom comenzó con la novela breve titulada “Bienvenidos a Maddom”; desde ese punto de partida, el autor publicó su primer volumen sobre “Las celdas de Maddom”, en el cual, revelaba en profundidad las historias (en cierto modo incluso el génesis) de los internos del centro a través, también, del análisis psiquiátrico del ficticio doctor Markus Carver. En este segundo volumen, se nos abren otras nueve celdas plagadas del horror de unas mentes perturbadas.

Aunque el libro sigue la estructura idéntica del anterior, con la narración de la historia de cada recluso seguida de una ilustración a cargo de Alejandro Emerson Barra y del análisis del doctor Carver, es verdaderamente patente la evolución de su escritura. Debo reconocer que este es un universo que desde el primer momento me enganchó con esa oscuridad y un terror tan genuino, pero estos dos volúmenes que hablan de las celdas contienen un horror psicológico verdaderamente imponente. En este segundo volumen, además, he tenido la sensación de que las historias se tornan más crudas, con un nivel de oscuridad incluso mayor de lo que ya ha detectábamos en el primero y que no se quedaba precisamente corto.

He sentido también que son historias que cada vez tienen una mayor profundidad, ese trasfondo psicológico está más logrado y considero que el autor se ha convertido en un verdadero maestro de la locura (valga la expresión para esta casuística). Consigue a través del análisis del doctor que el lector se plantee hasta qué punto es éste únicamente un intento por tratar de racionalizar una situación dantesca que en ocasiones incluso reviste una pátina sobrenatural, o si realmente todo es fruto de diferentes situaciones en las que una mente en principio sana (no todos los casos son tan claros) puede quebrarse.

También diría que hay un aumento de las escenas cruentas más explícitas con historias verdaderamente sobrecogedoras como es el caso de “Caza de pieles”, quizás uno de los relatos más oscuros, pero también de los que mayormente invitan a la reflexión. Siempre detecto en el autor otro nivel de profundidad, incluso de crítica social. A este respecto, además del anterior, “Tic, tac, tic tac” es realmente angustiante pero también una llamada de atención al lector. A fin de cuentas, bajo mi punto de vista se traslada que lo más cercano, aquello que no tiene ese tinte sobrenatural, es lo más terrorífico, precisamente aquello que habita en nuestra mente y con lo que tenemos que convivir. de esta manera, Sergi nos invita, una vez más, a mirar la realidad a través de los inquietantes ojos de los dementes que habitan sus páginas.