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«Vanka» de Chejov es un cuento patético sobre un pobre niño huérfano de nueve años malnutrido y maltratado, alojado en casa de un zapatero de Moscú, tratado peor que a un perro antes de la Ley de Bienestar Animal, que escribe una carta de auxilio a su abuelo que sabemos que no va a llegar nunca. Podría figurar en una antología del cuento triste. Lo maravilloso es la forma de contarlo: la más objetiva posible, sin excesos melodramáticos ni romanticismo alguno.
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