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Tragicomedia en cuatro actos que representa la decadencia, principalmente económica, de la burguesía rusa de finales del siglo XIX. Toda la obra se desarrolla en la hacienda de Lubova Ranevskaia, sirviéndose de brevísimas descripciones a principio de cada acto del lugar donde se desarrolla la escena. Los registros que emplean los personajes, así como algunos elementos decorativos, ayudan a dar coherencia tanto a la época como a la sociedad reflejada. Igualmente, creo importante reseñar la fluidez en los diálogos y en las interacciones entre los personajes, si bien, en ocasiones, algunas situaciones son poco creíbles y un tanto caóticas, dificultando la lectura en algunos tramos. Podemos observar tres grupos de personajes en función de su representación en la sociedad. Así, encontramos a la antigua aristocracia, poco activos, pomposos y despreocupados, clase obrera y, por último, los nuevos ricos. Y es aquí dónde encontramos a nuestro verdadero protagonista: hijo de antiguos sirvientes que ha escalado en la sociedad y consigue hacerse con el famoso jardín de los cerezos, arrebatando el poco honor y dignidad que le quedan a sus antiguos dueños. Toda la obra resulta en una crítica a la sociedad burguesa de la época, así como del trato recibido por la clase obrera. Me parece una lectura interesante desde ese punto de vista social, si bien es cierto que otras obras de Chéjov son más completas, amenas y enriquecedoras a ese respecto. |
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