Flores en el ático

¿Te imaginas vivir en un ático sin que los habitantes de la mansión en donde te encuentras, sepan que existes?
He de decir que todas las historias en las que las víctimas son niños me tocan la fibra sobremanera y se me hacen un poco cuesta arriba, con lo que quizá esta reseña esté un poco influenciada por mi sensibilidad por este tema.
Este libro es duro, ya desde el principio está rodeado de un ambiente tétrico, se intuye la maldad entre líneas. Y la cosa no mejora conforme vas avanzando en la lectura, ya que los protagonistas son unos niños víctimas de las atrocidades de los adultos, con ideas religiosas extremas, conservadores, egoístas y desalmados. La opresión familiar, el claustrofóbico encierro, la crueldad y el egoísmo… no cuadran con la imagen que tenemos hoy en día con la figura de una madre o una abuela. Hay momentos que me han resultado duros de leer, pero a la vez quería seguir conociendo más de esta maravillosa historia, narrada de forma excepcional. Necesitaba comprender por qué.
Me ha encantado la forma de transmitir todo lo que ocurre sin que se haga pesado, ya que el escenario principal es una habitación en un ático, sin muchas más florituras. Y cómo ha desarrollado la autora las diferentes psicologías de las 4 flores allí plantadas, la evolución es fascinante.
Quizá no me ha gustado que diversas conversaciones o situaciones se repitan, pero dado que todo transcurre en una misma estancia y que lo que les ocurre a los protagonistas es muy duro, se llega a comprender, y al final hace que tú que estás leyendo te sientas un poco encerrado con ellos.
Es un libro que conlleva cosas terribles, odio, sueños e ilusiones rotas, abandono, inocencia, falsas esperanzas, desesperanza, infortunios, sufrimiento, evolución, superación,… y que a la vez es envolvente, original y perverso; atrapando al lector. Es triste, sí, pero también conmovedor por cómo los niños se enfrentan a lo que sucede, lo que les sucede, y lo que comprenden que les sucederá. La esperanza les mantiene.

No podía parar de preguntarme, ¿Cómo hubiera reaccionado yo?

En fin, una lectura dura (como he dicho antes) pero que no me arrepiento de haber leído, a pesar de las situaciones con drama y escenas algo lentas. El final conlleva una buena conclusión, y eso me hace pensar si merecerá la pena leer los siguientes libros. Seguro que lo haré, pero más adelante, cuando me haya quitado las sensaciones que me ha dejado este.